miércoles, 14 de junio de 2017

La Infusión de Teología Patrística en la Teología Reformada

La teología patrística y la teología reformada no están en contra la una con la otra. Por el contrario, se enriquecen mutuamente.

En este artículo me gustaría explicar en qué consiste esta tendencia y cómo se puede evitar. No estoy acusando a la tradición reformada de ninguna herejía (y de hecho me identifico como un heredero de mucho de ella), pero sí estoy intentando suplir un elemento muy importante que la tradición reformada suele o dar por sentado u omitir.

En este artículo me gustaría hablar de lo que llamo la infusión de la teología patrística en la teología reformada, la cual explicaré a continuación.

Primero resumo la teología patrística y luego vuelvo a estudiar el consenso de la tradición reformada a la luz de la teología patrística.

La teología patrística: un esquema

Igual que en el artículo previo me basé en el libro de Jon Rohls, aquí me baso principalmente en el libro de Donald Fairbairn titulado Vida en la Trinidad (título en inglés: Life in the Trinity) en que el autor resume una porción significante de la teología de los primeros cinco siglos de la Iglesia (estoy en deuda con su libro pero también he adaptado sus argumentos para conformarlos al enfoque actual).

Los padres de la Iglesia no hablaban de la teología como si fuera impersonal sino como algo personal, es decir, su enfoque era estudiar al Dios trino y nuestra relación con él. La teología patrística llegó a muchas de las conclusiones a las que llegó la tradición reformada pero llegó a ellas por otro camino.

Los padres tenían un enfoque relacional porque veían que los puntos de inflexión más importantes en la Biblia giraban en torno a las relaciones intratrinitarias entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo y a nuestra relación con ellos.

Aunque sea una simplificación, se puede decir que la teología patrística entendía que la Biblia contenía cinco puntos de inflexión, a saber, la eternidad pasada, la creación, la caída, la redención y la consumación. A continuación los desarrollo con más detalle.

Sobre la eternidad pasada, los textos que constituían el foco eran: Juan 1, Juan 17, Efesios 1, Colosenses 1 y Hebreos 1. Como no hay tiempo para estudiar todos, solo cito Juan 17.24 que puede servir como un texto ejemplar que capta bien la esencia de la enseñanza bíblica sobre este primer punto. En este versículo Jesús está orando al Padre y dice: “me has amado desde antes de la fundación del mundo”.

Este versículo (entre otros) muestra que desde siempre (y realmente, más allá de “desde siempre” ya que Dios existe fuera del tiempo) ha existido una íntima relación amorosa entre el Padre (el amador), el Hijo (el amado) y el Espíritu Santo (el amor entre los dos; como se verá a continuación, es importante notar que el Espíritu Santo es el vínculo de relación).

Sin exageración, esta relación es la fuente y el origen de todo, y por lo tanto es la fuente y el origen de toda teología. De la creación, es importante señalar cómo Dios creó al hombre: “Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente” (Gén 2.7). Este versículo era interpretado por algunos padres como el Espíritu Santo dando al hombre la misma vida de Dios y por lo tanto permitiéndole participar en ella. En el momento de su creación el hombre disfrutaba de una íntima relación amorosa con el Dios trino (de hecho, Dios creó al hombre “varón y hembra”, implicando así que ser creado “a la imagen de Dios” incluye la necesidad de vivir en comunidad; cf. Gén 1.26-28).

En el meollo de lo que significa ser creado a la imagen de Dios (Gén 1.26-28) y poder participar en el amor de Dios, está la capacidad de escoger, elegir, desear, querer; en resumen, el hombre fue creado con la voluntad y aquella voluntad debería haber escogido, elegido, deseado y querido al “otro” (Dios y prójimo) como el Padre y el Hijo lo hacen a través del Espíritu.

¿Qué hizo el hombre con dicha capacidad? La respuesta a esta pregunta nos lleva al tercer punto de inflexión, a saber, la caída.

La tentación propuesta a Adán y Eva tenía que ver con la relación y la voluntad: podían, o bien seguir teniendo una íntima relación amorosa con el Dios trino (aunque Satanás no se lo explicó así), o salir de dicha relación y tener una nueva vida fuera del amor de Dios y fuera de una relación con él: “sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal” (Gén 3.5).

La tentación de “ser como Dios” era un ataque directo contra la relación que tenían con Dios, e implicaba un giro en el sentido opuesto a él.

En lugar de girar hacia el “otro”, su voluntad ahora giraba hacia dentro de tal forma que escogía, elegía, deseaba y se quería a sí mismo. Antes de este momento, la presencia de Dios entre su pueblo era dada por sentada pero a partir de ahora está alejada e incluso es amenazadora. Mucho del Antiguo Testamento tiene que ver con este mismo tema.

El cuarto punto de inflexión tenía que ver con la redención, es decir, la respuesta de Dios frente a la ruptura de relación.

El Antiguo Testamento era visto como una preparación para la llegada del Hijo, durante la cual el pueblo de Dios vivía en la promesa de que Dios arreglaría la brecha entre Dios y hombre.

La llegada del Hijo, su encarnación y obra en la cruz, era la culminación de toda la historia a raíz de Génesis 3. Por fin, en Cristo, el único Dios-hombre, un hombre no dijo que sí a la tentación de “ser como Dios” en el sentido de romper la relación con Dios, sino que vivió una vida en perfecta comunión con él: “No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente. Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que él hace” (Jn 5.19-20).

Esta comunión entre Padre e Hijo culminó en la cruz, la cual era interpretada como Dios restableciendo la relación con el hombre. De hecho, varios versículos dicen explícitamente que la cruz era la demostración más clara del amor de Dios: “En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados” (1 Jn 4.10; cf. Jn 3.16; Rom 5.7-8; Gál 2.20; 1 Jn 3.16).

Para los padres de la Iglesia, lo que hizo Jesús a sus discípulos después de su resurrección era muy significativo: “Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo” (Jn 20.22). Este versículo era interpretado como el restablecimiento de la íntima relación amorosa entre Dios y el hombre a través del Espíritu Santo (ver Gén 2.7 arriba).

En cierta medida Jesús, por haber enviado al Espíritu a sus discípulos, envió las “arras” (cf. Ef 1.14) de la relación que Dios y el hombre tenían en Génesis 1-2 y que tendrían en la eternidad futura.

Fue a la luz del reenvío del Espíritu Santo al hombre que los Padres interpretaban el siguiente versículo: “nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina” (2 Ped 1.4). En otras palabras, Dios ha vuelto a darnos de su propia vida a través del Espíritu Santo.

El quinto punto, la consumación, era entendido como un regreso al comienzo, pero con una diferencia muy importante para nosotros: ahora los seres humanos serán acogidos plenamente y para siempre en íntima relación amorosa con el Dios trino: “Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad … Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado” (Jn 17.23-24).

La íntima relación amorosa que Dios tenía entre sí desde siempre, que era la misma que otorgó al ser humano en el jardín, la misma que perdió voluntariamente con el primer pecado (y que nosotros perdemos todos los días de nuestras vidas), la misma que Jesús restableció en parte por su muerte y resurrección—esta misma relación es la que disfrutaremos en plenitud y en la cual participaremos para la eternidad.

La teología reformada a la luz de la teología patrística

En resumen, la teología patrística era una teología coherente e íntegra, y el hilo que la cohesionaba era la relación y el amor.

Donald Fairbairn explica bien la relación entretejida de la teología patrística: “Los padres de la Iglesia no hablaban primero de Dios, y luego de la salvación y luego de la vida cristiana.

En cambio, la manera en que hablaban de Dios abarcaba su discurso sobre la salvación y la vida cristiana. Se podría decir que no tenían doctrinas distintas de Dios y de la salvación sino que su doctrina de Dios era su doctrina de la salvación” (Vida, 6).

Cuando volvemos al sistema doctrinal reformado con este entendimiento de la teología, lo vemos con otra luz. A continuación vuelvo a resumir el mismo sistema doctrinal reformado pero esta vez lo filtro a través del hilo de relación y amor.

-  De la revelación, la Palabra de Dios y el rol de la tradición: Segunda a Timoteo 3.16-17 dice: “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”. La palabra griega detrás de “inspirada por Dios” es θεόπνευστος y literalmente significa expirada por Dios. Evoca la idea de Génesis 2.7 y Juan 20.22 de que Dios nos está ofreciendo su vida por su Palabra. En otras palabras, podemos quedar con Dios y tener relación y comunión con él en su Palabra.

-  De la deidad y la trinidad: En lugar de decir que los atributos de Dios fluyen de la simplicidad (y espiritualidad) del ser de Dios, me gustaría sugerir que la íntima relación amorosa entre el Padre (el amador), el Hijo (el amado) y el Espíritu Santo (el amor entre los dos) es el mejor lugar para empezar. No niego que su simplicidad (y espiritualidad) sea básica para tal entendimiento sino que sugiero que la definición debe ser ampliada con el amor.

-  De la creación y la providencia: La creación es el resultado del amor desbordante del Dios trino. Dios no creó desde alguna carencia sino desde su plenitud. El hecho de que Adán y Eva fueran una sola carne y estuvieran desnudos y no se avergonzaran (Gén 2.23-25) ilustra su plena comunión el uno con el otro, y esta comunión reflejaba la que tenían con su creador.

-  De los seres humanos y el pecado: La obediencia es nuestra forma de amar a Dios (cf. Jn 14.15). Al haber escogido el mal, perdimos nuestra relación con Dios, y como consecuencia, su vida y todo lo que implica (su amor, paz, gozo, etc). Por lo tanto, sólo nos queda la muerte y el giro perpetuo hacia dentro. Es instructivo notar cuántas veces la Biblia habla del pecado en términos del amor: “los hombres amaron más las tinieblas que la luz” (Jn 3.19; cf. Jn 12.43; 2 Tes 2.10; 1 Tim 6.10; 2 Tim 4.10; 1 Jn 2.15; 2 Ped 2.15). Jesús habló de la gente que no tenía relación con Dios dentro del marco de amor así: “Mas yo os conozco, que no tenéis amor de Dios en vosotros” (Jn 5.42).

-  Del pacto de la gracia y la reconciliación: Dios siempre tuvo planeada la redención de su pueblo a través de Cristo (cf. Ef 1.4). La obediencia activa de Jesús fue en realidad una vida de amor: “Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor” (Jn 15.10; cf. Jn 14.31).

-  De la cristología y la llamada “extra calvinística”: Cristo era el verdadero Adán que escogía, elegía, deseaba y quería a Dios. Su obediencia (que es el amor) toma el lugar de nuestra desobediencia (que es el “ser como Dios”). La Biblia dice que el amor es el porqué de la encarnación: “En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él» (1 Jn 4.9).

-  De la justificación y la fe: Como vivimos en la muerte, no hay nada que podamos hacer para reconciliarnos con Dios—siempre queremos “ser como Dios”. Por lo tanto, Dios toma la iniciativa de hacer vivo al ser humano para que pueda responder a su amor. Dios ofrece al ser humano una relación restaurada de forma gratuita. Es impresionante notar que Pablo habla de la salvación en términos del Espíritu Santo y el amor: “el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado” (Rom 5.5). Es decir, lo que perdimos en el jardín, a saber, el amor de Dios, nos ha sido restaurado a través del mismo Espíritu Santo que fue dado originalmente a Adán y Eva.

-  De la santificación y la penitencia: Las buenas obras son la consecuencia necesaria de tener una relación restaurada con Dios, porque Dios ha hecho volver al hombre a su amor: “Si me amáis, guardad mis mandamientos” (Jn 14.15; cf. 1 Tm 1.5; 1 Jn 5.3; 2 Jn 6). La santificación culmina en el amor, que es la virtud cristiana más alta: “Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor” (1 Cor 13.13; cf. 2 Ped 1.5-7).

- De la elección y la reprobación: Dios ha elegido a su pueblo en amor: “en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo” (Ef 1.5; cf. Rom 9.13). La seguridad eterna es el resultado de haber comprendido el amor de Dios: “En esto se ha perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio; pues como él es, así somos nosotros en este mundo. En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor” (1 Jn 4.17-18).

-  De la iglesia y sus marcas características: Las tres marcas de la verdadera iglesia, a saber, la predicación del evangelio, la administración de los sacramentos y el mantenimiento de la disciplina eclesiástica, están enfocadas en la declaración y el mantenimiento de la relación que Dios tiene con su pueblo. Jesús está presente a través del Espíritu Santo cuando haya dos o tres congregados en su nombre (cf. Mat 18.20).

-  De la Palabra y los sacramentos: El Espíritu Santo obra a través de la palabra predicada (2 Tim 3.16) y los sacramentos (Tito 3.5); son los canales a través de los cuales tenemos comunión con Dios. La Palabra es lo que el Espíritu Santo usa para restaurar la imagen de Dios que perdimos a través del pecado: «Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor» (2 Cor 3.17-18).

-  La doble forma de la Palabra de Dios: A través de la obra del Espíritu Santo, la ley que antes no podíamos guardar ahora sí la podemos guardar. La presencia de la santidad de Dios, tan terrible para los que quieren “ser como Dios”, ahora es el mayor deleite para los que han sido llamados a volver al jardín de Génesis 1-2. De hecho, en varios sitios la Biblia dice que el amor es el resumen de la ley de Dios: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas” (Mt 12.37-40; cf. Rom 13.8-10; Gál 5.14; San 2.8). Cuando amamos a través del Espíritu Santo, guardamos la ley de Dios.

-  Del bautismo: Por el bautismo morimos al pecado y resucitamos a una nueva vida en la cual podemos servir (obedecer, amar) a Dios (cf. Rom 6.1-14).

-  De la cena del Señor: Los cristianos se acuerdan de su relación restaurada con Dios y por lo tanto de su relación restaurada los unos con los otros (cf. 1 Cor 11.17-34). Es interesante que algunos de los primeros cristianos se referían a la cena del Señor como un “ágape”, el cual es una transliteración de la palabra griega ἀγάπη, que significa «amor».

-  Del ministerio, la carga y los cargos: Los líderes de la iglesia llevan a sus miembros a una relación cada vez más profunda con Dios. -  De la iglesia y el estado: El estado debe tener un rol de fomentar el bien y disminuir el mal.

Conclusión

En resumen, la teología patrística y la teología reformada no están en contra la una con la otra. Por el contrario, se enriquecen mutuamente.

Lo que la teología patrística puede aportar a la teología reformada es el enfoque personal: la teología no es “una cosa” que hay que estudiar, sino una persona con quien tenemos que relacionarnos.

En lugar de ser “fría”, la teología reformada puede ser muy emocionante y algo que nos lleva a adorar a Dios porque cuando estudiamos la “teología” estamos estudiando lo que el Dios trino ha hecho por nosotros. El amor no solamente es el “vínculo perfecto” de las virtudes cristianas (cf. Col 3.14) , sino también de la teología.

Y para nosotros los cristianos, ¿qué es el amor? “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Rom 5.8).

En otras palabras, este hilo de relación y amor con el cual he intentado unir la teología reformada con la ayuda de la teología patrística es ni más ni menos que una exégesis de la cruz.
Por Andrés Messmer
Soli Deo Gloria



martes, 13 de junio de 2017

La Relevancia del Antiguo Testamento para el Creyente del NuevoTestamento

No penséis que he venido para abolir la ley o los profetas; no he venido para abolir, sino para cumplir. Porque en verdad os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, no se perderá ni la letra más pequeña ni una tilde de la ley hasta que toda se cumpla.  Cualquiera, pues, que anule uno solo de estos mandamientos, aun de los más pequeños, y así lo enseñe a otros, será llamado muy pequeño en el reino de los cielos; pero cualquiera que los guarde y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos.  Porque os digo que si vuestra justicia no supera la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. (Mat 5:17-20)


Hoy dentro del círculo evangélico no hay acuerdo respecto a la relevancia del AT para el creyente del NT. Y así comienza la división entre los evangélicos. La división está sobre esta pregunta: ¿Cómo cumple Jesucristo las exigencias éticas del AT?. Ese es el verdadero enfoque de la preocupación de Jesús en este texto  y las respuestas que se mostraremos para un mayor entendimiento. Los judíos trataban de satisfacer la ley de Dios; y siempre hay un límite a las demandas de la ley. El cristiano trata de mostrar su gratitud por el amor de Dios; y para las demandas del amor no hay límite, ni en el tiempo ni en la eternidad. Jesús nos presenta, no la Ley de Dios, sino el amor de Dios. Hace mucho, Agustín decía que la vida cristiana se podía compendiar en una frase: «Ama, y haz lo que quieras.» Pero cuando nos damos cuenta de cómo nos ha amado Dios, nuestro único anhelo es responder a ese amor, y esa es la mayor tarea del mundo; porque nos presenta una tarea tal que el que piensa en términos de ley nunca soñó, y con una obligación más vinculante que la de ninguna ley.


¿Qué relevancia tiene el Antiguo Testamento para el creyente del Nuevo Testamento? No es una cuestión que deba dejarse a los estudiosos de la Biblia con poco o ningún valor práctico para la "gente en el banco". Es de tremenda preocupación práctica para la iglesia y el cristiano individual. Walter Kaiser Jr. afirma esto muy claramente.


No es exagerado afirmar que esta pregunta supera todos los demás problemas de la teología cristiana. La forma en que se resuelve esta cuestión afecta a cualquier otra área de la teología de una manera u otra. Por lo tanto, no podemos plantear una cuestión más fundamental en toda la teología: la respuesta a este problema dejará su marca en todos los ámbitos en los que podamos formular y actuar nuestra teología. ¿Cuál es la relevancia del AT para el creyente NT? Jesús y el Antiguo Testamento Jesús creyó que el AT era la Palabra de Dios. Siempre hablaba de sus relatos históricos como verdaderos y confiables (Mt 12, 40-41, Lc 17:26-27). Pero, ¿qué dijo Jesús acerca de la relevancia del AT para el creyente del NT? Mateo 5: 17-19 es un pasaje crucial donde él responde a esta pregunta. Jesús dijo, No penséis que he venido para abolir la ley o los profetas; no he venido para abolir, sino para cumplir.  Porque en verdad os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, no se perderá ni la letra más pequeña ni una tilde de la ley hasta que toda se cumpla.  Cualquiera, pues, que anule uno solo de estos mandamientos, aun de los más pequeños, y así lo enseñe a otros, será llamado muy pequeño en el reino de los cielos; pero cualquiera que los guarde y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos. Mat 5:17 -19  Lo primero que debe establecerse es lo que Jesús quiso decir con la "Ley o los Profetas". Hay varias maneras en que el NT se refiere al AT como un todo. A veces el todo es referido por la designación amplia, "la Ley". En una ocasión, Jesús se refirió al canon del AT como "Moisés y los Profetas". Poco después, se refirió a él como "la Ley de Moisés y los Profetas y los Salmos". Y los profetas ", la terminología que Jesús usa aquí, también se usa como una designación del AT.  En este caso particular, él dice la "Ley o los Profetas" y no la "ley y los profetas". El o puede o no puede ser significativo, pero en cualquier caso, nuestro Señor se está refiriendo claramente al canon reconocido y recibido que conocemos como el AT. Hay dos cosas que nuestro Señor dice acerca de su relación con ella. Primero, negativamente, declara lo que no vino a hacer con respecto al AT. En segundo lugar, declara lo que vino a hacer con respecto al AT. vino a hacer Jesús hace abundantemente claro lo que no vino a hacer con respecto al Antiguo Testamento. Él dijo: "No penséis que he venido a abolir la ley o los profetas" (Mt 5:17). Una de las definiciones de abolir en el idioma original es "acabar con, abolir, anular, invalidar". Esta definición parece encajar bien en este contexto. Jesús sabía que estaba a punto de lanzar una bomba sobre sus oyentes. Esa bomba es v.20. Jesús dijo: "Porque os digo que si vuestra justicia no sobrepasa la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos". El pueblo consideraba a los escribas y a los fariseos como los líderes religiosos de la época, los expertos Y los ejecutores de la Ley, respectivamente. Sin embargo, Jesús, en términos inciertos, dijo que no iban a entrar en el reino de los cielos. Tal acusación equivalía a derribar los objetos de la comprensión popular de la religión del Antiguo Testamento. También lo habría hecho aparecer como un revolucionario celoso "que había venido a socavar la Ley". Por lo tanto, antes de hacer una declaración tan chocante, él declara de todo corazón en "V. 17-18 que todo lo que Él está yendo Enseñar está en absoluta armonía con toda la enseñanza de las Escrituras del Antiguo Testamento”.


Sólo esa declaración por sí sola comienza a conducirnos en la dirección correcta cuando se trata de determinar la relevancia del AT para el creyente del NT. Las palabras "yo vine" y "no vine" en el versículo 17 son dos maneras en que Jesús habló de que había venido del cielo a la tierra para cumplir la misión salvífica que le había dado su Padre (Jn. 6:32-40). Esto significa que su misión de salvar a los pecadores y de introducir el reino no hará que el AT sea obsoleto. Eso debe hacer que cualquiera sea cauteloso y piense dos veces antes de declarar que cualquier aspecto de la revelación del AT no es relevante para el creyente del NT.


Lo que Jesús vino a hacer Puesto que no vino a destruir la "Ley o los Profetas", ¿qué fue exactamente lo que vino a hacer con respecto al Antiguo Testamento? "No vine a destruir, sino a cumplir " (Mateo 5: 17b). Al tratar con este pasaje, hay dos cosas en las que la mayoría de los evangélicos que profesan están de acuerdo. Estamos de acuerdo en que Cristo vino a cumplir las profecías del AT acerca del Mesías (1 P 1: 10-11). También estamos de acuerdo en que él vino a cumplir los muchos tipos y sombras que encuentran su cumplimiento en Él (Colosenses 2: 16-17, Él 10: 1-2). Tomar cualquier otra posición equivaldría a una negación de la fe cristiana. La verdad central del NT es que Jesús de Nazaret es el Mesías prometido en las escrituras del AT comenzando todo el camino de regreso en Génesis 3:15 (Ro 1: 2-4). Más allá de eso existe la unidad entre los evangélicos en la creencia de que todavía hay revelación en el AT concerniente a Cristo que aún espera cumplimiento. Parece que v.18 tiene aplicación directa a eso. " Porque en verdad os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, no se perderá ni la letra más pequeña ni una tilde de la ley hasta que toda se cumpla". La palabra traducida en v.18 no es la misma que en v.17. Uno de sus posibles usos que mejor encajan en este contexto es "ser realizado, realizado, realizado".  La desaparición del cielo y la tierra es sin duda una referencia a la segunda venida cuando nuestro Señor regrese en gloria inaugurando un Nuevo Cielo y una Nueva Tierra. Los evangélicos están de acuerdo en que el Antiguo Testamento seguirá siendo autoritario y, por lo tanto, pertinente con respecto a todas sus predicciones concernientes a Cristo culminando en el último gran acontecimiento previsto en el AT, el Día del Señor.


Sin embargo, aquí es donde termina el acuerdo y comienza la división entre los evangélicos. La división está sobre esta pregunta: ¿Cómo cumple Jesucristo las exigencias éticas del AT? Ese es el verdadero enfoque de la preocupación de Jesús en este texto. Considere tres cosas que confirman que este su enfoque.


En primer lugar, Jesús usó la frase "la ley o los profetas" en ocasiones con una esfera de referencia más estrecha: la totalidad de las exigencias éticas reveladas en el AT y resumidas en los dos grandes mandamientos (Mateo 7:12; Mat 22: 34-40).


En segundo lugar, debemos tener en cuenta el contexto de todo el sermón cuando se trata de interpretar este pasaje. En ninguna parte del sermón Cristo dirigió o expuso las profecías / tipos del AT. Él expuso los estándares éticos que deben ser practicados por los miembros genuinos del reino de los cielos revelados en la Ley y los Profetas (Mt 7:12).


En tercer lugar, lo que pone más allá de cualquier duda de que las exigencias éticas del AT es el enfoque de Jesús es lo que dijo en v.19: "Cualquiera, pues, que anule uno solo de estos mandamientos, aun de los más pequeños, y así lo enseñe a otros, será llamado muy pequeño en el reino de los cielos; pero cualquiera que los guarde y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos".


La motivación que tenían los escribas y los fariseos era la de la Ley; su única finalidad y deseo era satisfacer las demandas de la Ley. Ahora bien, al menos en teoría, es perfectamente posible satisfacer las demandas de la ley; en un sentido puede que llegue un tiempo en que uno diga: "He cumplido todas las demandas de la Ley; he cumplido mi deber; la Ley ya no tiene ningún derecho sobre mí.» Pero la motivación que tiene el cristiano es la del amor; el único deseo del cristiano es mostrar su maravillada gratitud por el amor con que Dios le ha amado en Jesucristo. Ahora bien: No es posible, ni siquiera en teoría, satisfacer las demandas del amor. Si amamos a alguien con todo nuestro corazón, estamos obligados a sentir que si le diéramos toda una vida de servicio y adoración, si le ofreciéramos el Sol y la Luna y las estrellas, todavía no habríamos ofrecido bastante. Para el amor, todo el reino de la naturaleza sería una ofrenda demasiado pequeña y así Jesús estaba estableciendo implícitamente ciertos principios generales.
Soli Deo Gloria



,

Teología del Pacto vs. Teología Dispensacional


Porque nosotros somos la verdadera circuncisión, que adoramos en el Espíritu de Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no poniendo la confianza en la carne. (Filipenses 3:3)

Se conoce como teología del pacto la defendida por los reformados históricamente. Consiste en los pactos que Dios ha hecho: El pacto de Redención, el pacto de obras efectuado con Adán, y el pacto de gracia efectuado con Cristo.  Aunque hay una distinción entre el antiguo y el nuevo pacto, en realidad ambos son dos formas de uno solo: el pacto de gracia.

El dispensacionalismo  es una de las manifestaciones del premilenarismo, esto es, la creencia de que el regreso de Cristo precede al milenio. No obstante, no todos los premilenaristas concuerdan en los detalles.

Las siguientes son las principales diferencias entre estos dos sistemas de teología. Representan las corrientes principales de ambos sistemas, aunque hay variaciones en cada uno.

TEOLOGÍA DISPENSACIONAL

(Lewis S. Chafer, John Walvoord, Tim LaHaye, John Nelson Darby, CI Scofield)
TEOLOGÍA DEL PACTO

(Charles Hodge, Loraine Boettner, Louis Berkhof, Juan Murray, BB Warfield)
1. Puede ser arminiano o calvinista modificado. Casi nunca calvinista de 5 puntos.
1. Siempre calvinista. Generalmente 5 puntos.
2. Establece una interpretación
2. Acepta la interpretación "normal" del texto bíblico (permite tanto literal como figurativo).
3. Habitualmente no acepta la idea de la "Analogía de la Fe".
3. Casi siempre acepta la idea de la "Analogía de la Fe".
4. 'Israel' significa siempre sólo los literales, descendientes físicos de Jacob.
4. "Israel" puede significar literalmente, descendientes físicos de Jacob o el Israel figurativo, espiritual, dependiendo del contexto.
5. "Israel de Dios" en Gál 6:16 significa solo Israel físico.
5. "Israel de Dios" en Gal.6:16 significa Israel espiritual, paralelo a Gal. 3:29; Ro.2: 28-29; 3: 3.
6. Dios tiene dos pueblos destinos separados: Israel (terrenal) y la Iglesia (celestial).
6. Dios siempre ha tenido sólo 1 pueblo, la Iglesia se desarrolló gradualmente.
7. La Iglesia nació en Pentecostés.
7. La Iglesia comenzó en el  A.T. Hechos 7:38 y alcanzó su cumplimiento en el NT.
8. La Iglesia no fue profetizada como tal en el Antiguo Testamento pero fue un misterio oculto hasta el NT.
8. Hay muchas profecías del AT de la Iglesia del NT.
9. Todas las profecías del AT para 'Israel' son para Israel literal, no para la Iglesia.
9. Algunas profecías del AT son para la nación literal de Israel, otras para Israel espiritual.
10. El propósito principal de Dios en la historia es Israel literal.
10. El propósito principal de Dios en la historia es Cristo y secundariamente la Iglesia.
11. La Iglesia es un paréntesis en el programa de Dios para las edades.
11. La Iglesia es la culminación del propósito de salvación de Dios para las edades.
12. El principal heredero del pacto de Abraham fue Isaac e Israel literal.
12. El principal heredero del pacto de Abraham fue Cristo e Israel espiritual.
13. No existía un Pacto eterno de Redención dentro de la Trinidad.
13. El eterno Pacto de Redención estaba dentro de la Trinidad para efectuar la elección.
14. No había ninguna Alianza de Obras con Adán en el Jardín del Edén.
14. Dios hizo un pacto condicional de Obras  con Adán como representante de toda su posteridad.
15. No hubo Alianza de Gracia concerniente a Adán.
15. Dios hizo un Pacto de Gracia con Cristo y Su pueblo, incluyendo a Adán.
16. Israel fue imprudente para aceptar el Pacto en el monte.
16. Israel tuvo razón al aceptar el Monte del Pacto.
17. El "Nuevo Pacto" de Jer.31: 31-34 es sólo para Israel literal y no es la Nueva Alianza de Lucas 22:20.
17. El "Nuevo Pacto" de Jer.31 es la misma que en Lucas.22; Ambos son para el Israel espiritual según Heb.8.
18. El programa de Dios en la historia es principalmente a través de dispensaciones separadas.
18. El programa de Dios en la historia es principalmente a través de convenios relacionados.
19. Algunos Dispensacionalistas han dicho que los pecadores del AT fueron salvados por las obras.
19. Ningún hombre ha sido salvo por las obras, sino por la gracia.
20. La mayoría de los Dispensacionalistas enseñan que los hombres en el Antiguo Testamento fueron salvados por la fe en una revelación peculiar a su dispensación, pero esto no incluyó la fe en el Mesías como su portador del pecado.
20. Todos los hombres que han sido salvos han sido salvados por la fe en Cristo como portador del pecado, que ha sido progresivamente revelado en cada época.
21. Los sacrificios del AT no fueron reconocidos como el Evangelio o los tipos del Mesías como portadores del pecado, pero sólo vistos como tales en retrospectiva.
21. Los creyentes del AT creían en el Evangelio del Mesías como portador del pecado principalmente por los sacrificios como tipos y profecías.
22. El Espíritu Santo habita solamente en los creyentes en la dispensación de la Gracia, no en el AT y no después del Rapto.
22. El Espíritu Santo ha habitado creyentes en todas las edades, especialmente en la era del NT actual, y no será retirado.
23. Jesús hizo una oferta del Reino literal a Israel; Ya que Israel lo rechazó, se pospone.
23. Jesús hizo sólo una oferta del Reino espiritual, que fue rechazado por el Israel literal, pero poco a poco ha sido aceptado por el Israel espiritual.
24. Los creyentes del AT no estaban en Cristo, no eran parte del Cuerpo o Esposa de Cristo.
24. Los creyentes de todas las edades están todos "en Cristo" y forman parte del Cuerpo y la Novia de Cristo.
25. La Ley ha sido abolida.
25. La Ley tiene tres usos: restringir el pecado en la sociedad, conducir a Cristo e instruir a los cristianos en la piedad. Las leyes ceremoniales han sido abolidas; Las leyes civiles han sido suprimidas excepto por su equidad general; Las leyes morales continúan.
26. Las leyes del AT ya no están en vigor a menos que se repita en el NT.
26. Las leyes veterotestamentarias siguen vigentes a menos que sean abrogadas en el NT.
27. El Milenio es el Reino de Dios. Dispensacionalistas son siempre Pre-Millennial y generalmente Pre-Tribulational.
27. La Iglesia es el Reino de Dios. Los del Pacto son generalmente Amilenial, a veces Pre-Milenial o Post-Milenial, raramente Pre-Tribulacional.
28. Los sacrificios de animales de AT serán restaurados en el Milenio.
28. Los sacrificios del AT fueron cumplidos y para siempre abolidos en Cristo.
29. El Milenio cumplirá el Pacto con Abraham. Israel tiene un futuro.
29. Cristo cumplió la Alianza con Abraham. Algunos del Pacto creen en un futuro para Israel literal, la mayoría no.
30. David se sentará en el trono milenario en Jerusalén.
30. Cristo solo se sienta en el trono. Los santos gobiernan bajo Él.
Soli Deo Gloria



,

El “Castillo Fuerte” de Lutero

Cuando hablamos de lo que sucedió en la Reforma del siglo 15  lo relacionamos con las 95 tesis que en 1517 comenzaron una transformación de dimensiones históricas. Lo relacionamos con la traducción que permitió al pueblo alemán leer la Palabra de Dios en su propio idioma. Lo relacionamos con el monje agustino que enfrentó el poder del papado como ningún otro en Europa. Con lo que no se hace justicia es con el aporte que hizo Martín Lutero al pueblo de Dios con sus himnos. Su música se convirtió en una verdadera fuerza para la reforma. La letra de sus himnos le abrió las puertas a muchas de sus enseñanzas en los corazones de los hombres. Ya no era únicamente el coro; ahora toda la congregación, incluyendo a las mujeres, podía cantar a su Señor. Uno de sus opositores llegó a expresar que los himnos de Lutero mataron más almas que sus sermones.

Martín Lutero nació en Eisleben, en Sajonia, en 1483. A los trece años fue a Eisenach a estudiar, y para poder pagar la escuela llegó a cantar en las calles de Eisenach, para lo cual iba de casa en casa ofreciendo sus canciones. Fue así que Ursula Cotta y su esposo, al ver su amor por la música, le invitan a vivir con ellos durante la duración de sus estudios. Ella le enseñó a tocar el laúd y la flauta, lo cual incrementó su pasión por el canto y la música.

Luego pasó a estudiar leyes, y cierto día que caminaba junto a un compañero de estudios, un rayo fulminó a su amigo. En medio de la tormenta, Lutero prometió a Dios servirle si preservaba su vida. Fue así que unas semanas más tarde entro a un monasterio en Erfurt. Pero en lugar de encontrar la paz con Dios, se veía a sí mismo cada vez más miserable y lejos de Dios. Comenzó a estudiar la Biblia diligentemente, llegando a aprender hebreo y griego para leerla en sus idiomas originales. Pasaron diez años desde que comenzó a leer la Biblia hasta que dio los primeros pasos para reformar la iglesia; sólo después de comprender que Dios justifica al impío solamente por medio de la fe en el Señor Jesucristo.

Lutero se opuso a la venta de indulgencias con que el papado quería obtener recursos para sus proyectos en Roma, llegando al punto de clavar sus 95 tesis en las puertas de la iglesia en Wittenberg. Para él, el papa no tenía ninguna autoridad para perdonar pecados, y por lo tanto no debía involucrarse en la venta de indulgencias. Ahí comenzó la gran batalla. No era una lucha entre Lutero y la iglesia católica, sino entre la Palabra de Dios y la tradición.

Fue llamado a dar cuenta de sus escritos ante las autoridades católicas y el Emperador Carlos V en la dieta de Worms. Asistió valientemente, y como buen cristiano permaneció inconmovible del lado de las Escrituras, sin retractarse de las verdades salvadoras que halló en ellas. Durante su regreso a Wittenberg, el Duque de Sajonia lo “secuestró” hasta su Castillo en Wartburg para ponerle lejos del alcance de sus enemigos. Vivió allí por un año; y siendo que él encontró la paz de Dios en las Escrituras, su deseo ahora era que sus compatriotas pudieran hacer lo mismo leyendo la Biblia en su propia lengua, por lo cual se dedicó a su traducción al alemán. Terminó esa labor con la asistencia de Melanchton en 1522.

Tres años después de la Dieta de Worms, Lutero dejó sus hábitos religiosos, y se casó con Catalina von Bora, una monja que había dejado su convento. Continuó su obra de servicio a Dios escribiendo, predicando y guiando al pueblo de Dios. Lo cual pudo hacer en relativa paz en Wittenberg hasta su muerte en 1546.

Una de las cosas que habían estado fuera del alcance del pueblo desde el siglo VI era el cántico congregacional. Para Lutero cada creyente era un sacerdote con pleno acceso a la presencia de Dios, y capaz por ende de ofrecer cánticos y oraciones directamente a su Señor. Procuró poner algunos salmos en un lenguaje que fuera de fácil comprensión para los creyentes cantar. Era una forma de mantener viva la Palabra en el corazón de los hermanos. Lutero llegó a expresar: “El diablo aborrece la música porque no puede soportar la alegría. Satanás puede sonreír, pero no puede reír; puede mostrar una risa de desprecio, pero no puede cantar.”

“A Lutero pertenece el extraordinario mérito de haber dado la Biblia al pueblo alemán en su propio idioma (una obra maestra de traducción), el catecismo y el himnario, de modo que Dios pudiera hablarles directamente en su Palabra, y ellos pudieran responderle directamente con sus canciones” (Philip Schaff).

Su himno mejor conocido es Castillo Fuerte, una paráfrasis del Salmo 46, llamado “la Marsellesa de la Reforma”.

¿Cuánto fue escrito? “Probablemente Martín Lutero lo escribió para el tiempo cuando los líderes evangélicos estaban entregando su protesta contra el ataque hacia sus libertades en la Dieta de Speyer. E incidentalmente, el significado de la palabra protestante se derivó sin dudas de ese encuentro en el que estos líderes entregaron su protesta” (William & Ardythe Petersen, The Complete Book of Hymns, p. 370). Querían mantenerse inconmovibles de la postura de servir a Dios conforme a su Palabra y no conforme a las tradiciones de los hombres, y con tanta oposición, esto sólo podía llevarse a cabo amparados bajo la sombra del Omnipotente.

Recibió muchas amenazas y libró intensas batallas espirituales por la causa de Jesucristo. Y para esto, su amparo no fue ningún otro que el Castillo Fuerte de su Dios.

“El eterno Dios es tu refugio” (Deut. 33:27).

“Jehová es mi roca y mi fortaleza, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; mi escudo, y el fuerte de mi salvación, mi alto refugio; Salvador mío; de violencia me libraste” (2 Sam. 22:2-3).

“Éstos confían en carros, y aquéllos en caballos; mas nosotros del nombre de Jehová nuestro Dios tendremos memoria (Sal. 20:7).

“Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, y se traspasen los montes al corazón del mar; aunque bramen y se turben sus aguas, y tiemblen los montes a causa de su braveza” (Sal. 46:1-3).

“La verdad es que el genio de este hombre, con la ayuda de Dios, había forjado una nueva y poderosa arma de la Fe, y las conquistas obtenidas por ella fueron incalculables. Grandes masas de personas, con los himnos y las melodías de Lutero en sus labios, se introdujeron por medio del canto en el creo de la reforma protestante” (Elsie Houghton, Classic Christian Hymn-Writers, p.29).


Sin lugar a dudas, Martín Lutero hizo una contribución formidable para volver a colocar el cántico congregacional en su justo lugar en la adoración. Muchos otros siguieron luego sus pasos, inspirados en la obra de este gran reformador. ¡Gracias, Señor, por el aporte que tu siervo Lutero hizo a tu pueblo.
Soli Deo Gloria


Origén del Dispensacionalismo


El Dispensacionalismo desplaza a Cristo y su obra. Enseñan que la salvación por medio de Cristo solo ocurre en la dispensación de la gracia, y que en las otras dispensaciones la gente se salvaban por otros modos, por ejemplo por guardar la ley en la dispensación de la ley o después del rapto haciéndose cortar la cabeza por el Anticristo, eso es salvación por obras, contrario a lo que la Biblia enseña salvación solo por gracia y a su vez hacen insuficiente la obra de Cristo, Cristo más mi cabeza.

El Dispensacionalismo más que hablar de Cristo, está en busca de ¿quién será el Anticristo? O ¿en que fecha será el rapto? Y veneran a Israel como los católicos a María, son sensacionalistas, ya que en una mano tienen la Biblia y en la otra el periódico del día, y cada cosa que pasa lo tratan de respaldar con algún versículo tirado de los pelos. Además para respaldar sus creencias, necesitan saltar de un versículo a otro versículo sin respetar sus contextos y hacen un collage de versículos bíblicos como lo hacen los Testigos de Jehová. Mutilan la Biblia, pues enseñan que el Sermón del Monte y otros pasajes de la Biblia es solo para Israel y no para la Iglesia; Presumen de una interpretación literalista de la Biblia, pero interpretan literalmente donde les conviene, si les preguntas acerca del dragón escarlata con siete cabezas y diez cuernos, ellos no creen que aparecerá un dragón con esas características al final de los tiempos, sino también ven esta imagen apocalíptica como simbólica.

Con todo ello uno no es salvo por ser Dispensacional o dejar de serlo, uno solo es salvo por la fe en Jesucristo y si mañana uno muere creyendo en Cristo como suficiente Salvador y Señor, eso es suficiente para entrar en el cielo. Pero si dejamos el Dispensacionalismo es por causa de la conciencia ¿Cómo puedo estar hablando de sana doctrina? ¿Y a la vez enseñando un sistema escatológico que nació en las entrañas del catolicismo? Aunque busquemos una y otra vez que la Biblia divida la historia de la humanidad en 7 dispensaciones, no lo vamos a encontrar, pero los que si vamos a encontrar es que la Biblia divide la historia de la humanidad sencillamente en dos edades: “este siglo” y “el siglo venidero” (Mateo 12:32); (Lucas 18:29-30); (Lucas 20: 34-36); (Efesios 1:21); (Tito 2:12-13).

Lo que da por finalizado este siglo y da por inaugurado total y definitivamente el siglo venidero, es la Segunda Venida de Cristo. A este día donde Cristo volverá, la Biblia le da algunos nombres como: Fin del siglo, día postrero, día del Señor, aquél día.

En este día, en el que Cristo volverá, los muertos en Cristo resucitaran primero y los creyentes que estemos vivos seremos transformados y arrebatados hasta las nubes para recibir al Señor en el aire y descenderemos con nuestro Señor para que todos los hombres que hayan existido en este mundo sean juzgados. Entonces el día en que Cristo retorne, no solo resucitaran los creyentes también los incrédulos; tanto creyentes como incrédulos serán juzgados por Jesucristo; el día de su regreso será un día de resurrección de todos los muertos y de juicio a todos los hombres, veamos cómo afirma la Biblia lo que estamos diciendo, acompáñenos con la lectura de los pasajes citados: Fin del Siglo: (Mateo 24:3); (Mateo 13: 39-43); (Mateo 13: 47-50); (Mateo 24: 29-31); (Mateo 25: 31-34, 41, 46). Día Postrero (último día): Será un día de resurrección y juicio. (Juan 6: 39-40, 44, 54); (Juan 11:24); (Juan 5: 28-29); (Hechos 17:31); (Hechos 24:14-15); (1 Tesalonicenses 4:13-17). Día del Señor (Jesucristo): (Hechos 2:20); (Filipenses 1:6); (1 Corintios 1:7-8); (2 Pedro 3:10); (1 Tesalonicenses 5:1-2). Revisemos su contexto inmediato (1 Tesalonicenses 4:13-18). ¿Cuál es el propósito del arrebatamiento? El Recibir al Señor en el aire. Aquél Día: Será un día de resurrección y juicio. (Mateo 7:21-23), (2 Timoteo 1:16-18); (2 Timoteo 4:8); (2 Tesalonicenses 1:6-10 – 2 Tesalonicense 2:1-3).

Por supuesto que sí, pero no de la manera en que lo enseña el Dispensacionalismo, sino como la Biblia lo enseña. El propósito de este post, es enseñar los orígenes de esta postura escatológica y de esta manera responder porque dejamos de ser dispensacionales. El Dispensacionalismo, con su bandera de un rapto secreto que ocurrirá 7 años antes de la Segunda Venida de Cristo con el propósito de librar a la iglesia de una gran tribulación y la manifestación de un anticristo futuro, se introdujo en el pensamiento cristiano recién en el siglo XIX. Antes de este siglo el término “rapto secreto” o “7 dispensaciones” era algo desconocido para la iglesia de Cristo.

La enseñanza de un rapto secreto antes de la Segunda Venida de Cristo, comenzó con un par de teólogos católicos romanos. Para el tiempo de la Reforma, los primeros protestantes creían comúnmente que el Papa era el Anticristo y la Iglesia Católica Romana era la gran ramera. Esta enseñanza fue un duro golpe al papado y sus seguidores. Dos teólogos católico-romanos, en su afán de desviar las miradas de los protestantes sobre el papado, al cual lo consideraban anticristo, introdujeron dos enseñanzas.

El primero Luis Alcázar, un monje jesuita, después del Concilio de Trento introdujo el preterismo, cuya idea fue que el Anticristo ya vino y fue un emperador romano; por tanto el Anticristo no es el Papa. El segundo fue Francisco Ribera, un sacerdote jesuita, que introdujo el futurismo, cuya enseñanza fue que los eventos profetizados en la Biblia y sobre todo, el libro de Apocalipsis, tendrán lugar al final de los tiempos, donde se levantara un Anticristo futuro que gobernara durante tres años y medio. Por tanto el Anticristo no es el Papa. Más adelante otro sacerdote jesuita, siguió edificando sobre las enseñanzas de Francisco Ribera, y este sacerdote jesuita fue Emanuel Lacunza, quien escribió un libro titulado “El Advenimiento del Mesías en Gloria y Majestad”. Pero con mucha astucia, Lacunza escribió su libro bajo un seudónimo de “Rabí BenEzra” alegando que era un judío que se había convertido al cristianismo. De esta manera con gran astucia captó la atención de los cristianos protestantes. En su libro Lacunza introdujo la novedosa idea que Jesús retornaría en dos etapas, raptando a su iglesia antes de la manifestación del Anticristo y la Segunda Venida para destruir el imperio del Anticristo. Su libro fue publicado por primera vez en español en el año 1812. Ahora surge otro nombre, el de un predicador escocés Edward Irving; este descubrió el libro de Lacunza y fue conmovido profundamente por el, de hecho tradujo el libro de Lacunza al ingles y lo publico en 1827. Irving era conocido como un predicador excéntrico, predicaba la continuación del don de lenguas, profecía y las nuevas revelaciones. Fue de esta manera después de haber leído el libro de Lacunza, dijo haber oído la voz de Dios que predicara esta nueva revelación “el rapto secreto de los santos antes de la Segunda Venida de Cristo”. Éste llevo una serie de conferencias y reuniones por toda Escocia enfatizando este punto.

Fue durante la primera mitad del siglo XIX, que muchas personas que asistían a las reuniones de Irving afirmaban tener visiones y mensajes de parte de Dios; justo en ese tiempo una joven escocesa de 15 años Margaret McDonald cayo en trance y después de varias horas volvió en si y dijo que había recibido una nueva revelación, que la Segunda Venida de Cristo ocurriría en dos etapas, en la primera fase Cristo retornaría para llevarse a los justos y ninguno de los impíos lo vería y en la segunda etapa, Cristo retornaría a ejecutar su ira sobre las naciones. La enseñanza del rapto secreto estaba creciendo como una bola de nieve. Más o menos por aquel tiempo empezó a surgir un movimiento de hermanos, el cuál se llegó a conocer como “Los hermanos de Plymouth”. Un grupo de creyentes insatisfechos por la condición de la iglesia en su época, se reunían a orar y estudiar la Biblia, pero con un énfasis en las profecías.

Es a partir de 1830, donde un varón de nombre John Nelson Darby tomo el liderazgo de los Hermanos de Plymouth; y cuando Darby se entero de las actividades de Irving, viajo a Escocia para entrevistarse con Irving y sus seguidores acerca del “rapto secreto” y “La Segunda Venida de Cristo en dos etapas”. Darby también conoció a Margareth McDonald quien le contó su visión sobre el rapto secreto. A partir de ese momento John Nelson Darby, utilizando la Biblia comenzó a elaborar argumentos para apoyar la idea de Irving y fue así como nació el Dispensacionalismo, con su bandera “el rapto secreto antes de la Segunda Venida de Cristo”. Darby también enseño que la dispensación de la gracia terminaría con el rapto de los justos para ser librados de la gran tribulación que vendrá al mundo entero y del gobierno de un Anticristo futuro.

La enseñanza de Darby “El Dispensacionalismo”, fue introducido a EEUU y Canadá durante 1860 y 1870. Darby hizo una seria de viajes a EEUU para regar su nueva doctrina. En estas conferencias acerca de las dispensaciones y la Segunda Venida de Cristo en dos etapas, estaba un abogado y recién convertido, ordenado como ministro sin haber cursado estudios teológicos llamado Cyrus Scofield quién cayo bajo la influencia de Darby. Cyrus Scofield deseoso de compartir esta nueva forma de ver la Biblia, las profecías bíblicas y el Apocalipsis publico una Biblia con sus comentarios, publicada por primera vez en 1909. Scofield es conocido como el promotor del Dispensacionalismo en el siglo XX por medio de su Biblia Anotada que causo gran impacto, que durante los primeros 50 años de su publicación había vendido más 3.000.000 de ejemplares influenciando la mente de muchos cristianos con su sistema dispensacionalista.

El jesuita Alcázar influencio a Lacunza, el jesuita Lacunza influenció Irving, el excéntrico Irving a Darby, Darby el padre del Dispensacionalismo a Scofield, Scofield el promotor del Dispensacionalismo, a los predicadores modernos, que a capa y espada defienden el rapto secreto antes de la Segunda Venida de Cristo, y condenan de herejes a los que no creen como ellos en cuanto a la escatología.

Lo irónico es que el Dispensacionalismo fue una de las herejías más que surgieron en el caótico siglo XIX, donde también surgieron los adventistas, los Testigos de Jehová y mormones. Y lo que fue considerado una herejía en el pasado, hoy es “la sana doctrina”. Un famoso predicador ingles George Muller del siglo XIX dijo: “Un día tuve que decidir si me iba detrás de Darby o me quedaba con mi preciosa Biblia y lo que decidí fue quedarme con mi preciosa Biblia”. Durante más de 1800 años, la iglesia de Cristo enseño y creyó que el arrebatamiento y la Segunda Venida de Cristo es un mismo evento, y que el arrebatamiento ocurriría el mismo día en que Cristo vuelva por segunda vez. Revise los escritos, credos y confesiones de la iglesia de Cristo antes del siglo XIX y encontrara que lo que decimos es verdad.

Soli Deo Gloria