miércoles, 14 de junio de 2017

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Pluralidad de Ancianos en la Iglesia Local

Después que les designaron ancianos en cada iglesia, habiendo orado con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído. (Hch 14:23)

En estos tiempos contemporáneos es mal comprendido la doctrina bíblica sobre el liderazgo de los ancianos y por eso la razón de este post. Para definir y dejar claramente nuestro entendimiento de lo que es liderazgo bíblico de ancianos necesitamos ir a la Biblia. En el nuevo testamento el liderazgo se caracteriza allí por ser pastoral, compartido, masculino, calificado y de servicio.

Hablar acerca de la pluralidad de ancianos en la iglesia local pudiera parecer un desperdicio de tiempo y energía para algunas personas. Después de todo, ¿No es un poco legalista hablar del “modelo bíblico” para la estructura de la iglesia? Bueno, si entendemos que Cristo ama la iglesia y que cuida por ella (Ef. 5:25-27), el tema delante de nosotros está lejos de ser irrelevante ya que como líderes, algún día daremos cuentas a Cristo mismo por el cuidado de su iglesia que ha sido encomendado en nuestras manos.

Entonces, ¿Por qué tener hablar acerca de la pluralidad de ancianos? Aquí hay  razones:

Es histórica La pluralidad de ancianos es importante porque ha sido importante en el pasado. Como bautista puedo decir que para muchas personas dentro de mi denominación, el término “ancianos Bautistas” es casi una contradicción. Estas personas tienen la idea de que las congregaciones Bautistas siempre han sido estructuradas con un pastor como el líder principal y una mesa directiva de diáconos para ayudar en diversos ministerios.

Desde los inicios de la denominación Bautista, encontramos escritos como los de William Kiffin—un pastor londinense en el siglo XVII, W.B. Johnson—un Bautista del Sur en el siglo XVIII, Nehemiah Coxe y Benjamin Griffith—pastores del siglo XIX, argumentando a favor de la pluralidad de ancianos en la congregación.

Por encima de esto, una de las confesiones bautistas más antiguas de la historia—la Declaración de Fe Bautista de 1689—comprueba que aún en esos documentos de antaño, la pluralidad de ancianos era un modelo a seguir por las iglesias. Lo menos que podemos decir de la evidencia histórica de los bautistas es que es falso decir que la pluralidad de ancianos es anti-bautista. Al contrario, la pluralidad de ancianos es más bautista que su ausencia.

Sin embargo, estas evidencias históricas son solo para iniciar la conversación. Tienen suficiente peso para poner el caso sobre la mesa y permitir al lector sentarse y considerar la importancia de la pluralidad de ancianos. Sea o no que la pluralidad de ancianos haya sido practicada es de segunda importancia. El enfoque principal de los líderes de la iglesia hoy en día debe ser entender la enseñanza de la palabra de Dios en este asunto.

La pluralidad de ancianos es relevante primordialmente porque es bíblica. La Historia es falible y nos puede confundir, pero en las Escrituras tenemos un fundamento donde podemos descansar con absoluta seguridad.

En el Nuevo Testamento los ancianos funcionaban como representantes de la iglesia. Su tarea era liderar a su congregación hacia una vida santa. Cuando los misioneros se despidieron, el trabajo de predicar el evangelio, animar a los discípulos y animarlos cuando se presentaran diversas tribulaciones le pertenecía a los ancianos (Hch 14:21-22).

Otro ejemplo de la pluralidad de ancianos se encuentra en 1 Tim. 3:1-7 donde Pablo describe las cualidades pertinentes a los ancianos (presbuteros); cualidades que son también descritas para los obispos (episkopeo). Cada pasaje en el Nuevo Testamento que lidia con las estructuras de la iglesia menciona la pluralidad de ancianos (ej. Hechos 11:30, 14:23, 15:2. 4. 22-23; 16:4, 20:17, 28; Efe. 4:12; 1 Tim. 5:17; Tito 1:5; Sant. 5:14; 1 Pe. 5:1). Ningún pasaje sugiere que alguna iglesia, sin importar lo pequeña que fuera, tenía solamente un anciano o pastor.

Después de preguntarnos qué dice la Biblia en cuanto a este tema, otra buena pregunta sería: “¿Qué tipo de gobierno sería más saludable para el crecimiento espiritual de la iglesia?”

Cuando una iglesia tiene un solo pastor y aspira a permanecer así, esta peligra de cometer un suicidio espiritual ya que una sola persona posee todos los dones necesarios para liderar a una congregación. Cuando una iglesia decide tener un solo pastor como su líder, se está privando a si misma de múltiples dones que pudieran ser manifestados al ordenar más ancianos.

Por ejemplo, hace poco un pastor muy respetable en el mundo evangélico quería que el bautismo no fuera un requisito para la membresía en la iglesia, pero el resto de los ancianos no permitió esto y protegió a este pastor y a la misma iglesia de caer en error. Hombres piadosos cometen errores, la pluralidad de pastores provee una sabiduría que un solo hombre no tiene.

La pluralidad de ancianos también reduce la tentación de un hombre de ejercer una autoridad excesiva sobre la iglesia o de usarla para satisfacerse a sí mismo. Los ancianos, después de todo, no son directores de una compañía, sino siervos del rebaño de Dios y cuya tarea es simplemente preparar a la iglesia para el regreso de Cristo. Una pluralidad es necesaria debido a la tendencia humana de aquellos que están en autoridad a jugar a ser “dios”.

La congregación debe proteger a sus ancianos al pedirles que rindan cuentas de sus responsabilidades delante de Jesucristo. No hay nada más importante que una congregación pueda hacer por sus ancianos que orar por ellos y examinarlos—con una actitud humilde—a la luz de las cualidades expuestas en 1 Timoteo 3 y Tito 1.

Es aplicable algo que he aprendido al ser parte de una iglesia con pluralidad de ancianos es que pasar de la teoría a la práctica requiere mucha paciencia. Yo no recomendaría a un pastor recién llegado a una iglesia que no practica la pluralidad de ancianos a cambiar todas las estructuras en su primer mes. La pluralidad de ancianos no solo es histórica, bíblica y saludable, sino que también es aplicable; es una verdad bíblica que podemos vivir en el día a día en nuestras iglesias locales.

Me gustaría recomendar para finalizar este libro: 

Soli Deo Gloria



La Boda de Charles Spurgeon

A los dos años de su estadía en Londres, Spurgeon se casó con Susana Thompson. Ella participaba con su familia en los cultos de la Capilla New Park Street, pero la condición espiritual de la Capilla antes de la llegada de Spurgeon, se había deteriorado bastante. Cuando Spurgeon llegó a predicar el 18 de Diciembre de 1853, la primera impresión que ella se formó de Spurgeon no fue muy buena. Ella pertenecía a una familia acomodada londinense, era educada, hablaba el francés a la perfección, vestía con elegancia y se expresaba con finura. Enfrente tenía a un campesino vestido en forma estrafalaria, con una forma extraña de expresarse para la gente culta de la ciudad de Londres. En sus propias palabras tenemos esta descripción:

'Yo no estaba del todo fascinada por la elocuencia del joven orador, y su forma de ser campesina y su forma de hablar, motivaban más pena que reverencia. . . .,el pelo largo y mal cortado, el gigantesco corbatín de raso negro, el pañuelo azul de grandes puntos blancos, todo esto atrajo más mi atención y me divertía a lo grande.' Susana se dijo: '¡así que esta es la famosa elocuencia! No me impresiona para nada. Si dejara de hacer gestos con ese bendito pañuelo. . .Y ese cabello. . .Parece ayudante de barbero'.

Su padre era un próspero comerciante, y ella era una chica culta. El acercamiento se dio a través del diácono Thomas Olney y su esposa, quienes eran muy amigos de los padres de Susana y se reunían con frecuencia. Olney comenzó a invitar a Charles a estas reuniones. Susana no se había convertido por entonces. Se fueron conociendo poco a poco. Spurgeon le regalaba libros, entre ellos, El Progreso del Peregrino, visitaban juntos con frecuencia el Palacio de Cristal, se hicieron novios, se comprometieron en matrimonio y terminaron casándose el día 8 de Enero de 1856.

En una ocasión, durante el noviazgo, Charles llevó a Susana a un servicio de predicación que estaba abarrotado, y en el que él sería el predicador. Tan pronto llegaron, Charles, totalmente inmerso en su mensaje y en el servicio, se olvidó de Susana. Ella tuvo que valerse por sí misma. Al término del sermón ella se fue sola a su casa. Voló a su casa, e iba sumamente molesta. Ella misma confesó: 'yo estaba sumamente molesta'. Su madre trató de calmarla y de asegurarle del amor de Charles. Cuando el joven predicador se dio cuenta, cuando vino en sí mismo, y advirtió que se había olvidado por completo de su novia, salió corriendo a Brixton, donde vivía Susana, lleno de disculpas. Entró corriendo a la casa y preguntó: '¿dónde está Susie? La he estado buscando por todos lados sin poder encontrarla.' La madre de Susana le contó toda la historia; se reconciliaron y el romance floreció. Pero Susana aprendió que su futuro esposo, como siervo de Dios, debía poner el servicio de Cristo en primer lugar, y además, se estaba convirtiendo en un hombre muy famoso.

La ceremonia tuvo lugar a las 8 de la mañana, y era un día muy gris, húmedo y frío. Sin embargo, miles de personas llegaron para presenciar la ceremonia y muchos tuvieron que quedarse fuera, aguantando el frío. Tuvo que llegar una fuerza especial de la policía de Londres, la Fuerza M, para controlar la situación y el flujo de las multitudes.

En su luna de miel, la pareja atravesó el Canal de la Mancha y pasaron doce días de luna de miel en París. Visitaron palacios históricos, iglesias y museos. Como Susana hablaba perfecto francés, no tuvieron problemas. Ella le decía cariñosamente <em>Tirshatha</em>, una palabra del antiguo persa que significa su reverencia.

Cuando Charles se iba de gira, ella sufría mucho. En una de esas ocasiones se desconsoló tanto, que Charles le preguntó: '¿tú piensas que cuando alguno de los hijos de Israel traía un cordero al altar de Dios como una ofrenda, se quedaba allí llorando amargamente por el cordero que había traído?' Susana respondió: 'por supuesto que no'. Entonces Charles le dijo: 'bien, ¿no ves que me estás entregando a Dios al dejarme ir a predicar el Evangelio a los pobres pecadores, y te parece que a Dios le agrada verte llorar por tu sacrificio?' Eso tuvo el efecto de un sedante.

La situación económica de ellos era a veces un problema, porque Charles era muy generoso y cooperaba abundantemente para varias necesidades. Su generosidad a menudo excedía sus recursos. Una vez tenía que pagar unos impuestos y no tenía fondos. Pero ambos formaban una pareja de gran fe. Oraron y en ese preciso momento llegó una carta anónima que contenía 20 libras esterlinas. Su fe fue correspondida y sus necesidades resueltas.
http://allanroman.blogspot.pe/2007/07/la-boda-de-charles-spurgeon.html
Soli Deo Gloria


Apatia

Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie;  sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte. (Stg. 1:13 -14)


Te vi ayer cuando comenzabas tus tareas diarias. Te levantaste sin ni siquiera orar a tu "Dios". En todo el día no hiciste nada de oración; de hecho, ni recordaste bendecir tus alimentos. Eres muy desagradecido con tu Dios, y eso me gusta de ti. También me agradaba la enorme flojera que demuestras siempre en lo que se refiere a tu crecimiento cristiano. Rara vez lees la Biblia y cuando lo haces estás cansado. Oras muy poco y muchas veces recitas palabras que no meditas. Por cualquier pretexto llegas tarde o faltas a tus reuniones de formación. ¿qué decir de tus quejas?, al cooperar en la evangelización u ofrenda. Todo eso es útil para mí. No puedo describirte como me alegra que en todo éste tiempo en que estás siguiendo a tu Dios, no hayas cambiado tu manera de comportarte. Tantos años, y sigues como al principio, crees que no tienes nada que cambiar. Me encantas. Recuerda que tú y yo hemos pasado muchos años juntos, y aún te detesto. Es más, te odio porque odio a tu Padre. Solamente te estoy usando para molestarlo. Él me echa del Cielo y yo voy a utilizarte mientras pueda para vengarme de Él. Mira ignorante, tu eres tan idiota que me has cedido tu existencia y yo voy a hacer que vivas un verdadero infierno en vida. Aún estaremos juntos doblemente, y esto realmente va a dolerle a tu Dios. Con tu cooperación voy a mostrar quien realmente es el que gobierna tu vida. Con todos los momentos rendidos que nos hemos pasado. Hemos disfrutado juntos muchas películas XXX, y ¿qué decir de las veces que hemos ido a los "espectáculos artísticos en vivo?" Aquel día de tu debilidad con aquella persona simpática, ¡qué bien nos la pasamos!. Pero más me agrada que no te arrepientes, sino que reconoces que eres joven y tienes derecho a gozar la vida, piensas que solo eres cuerpo y no tienes un alma que guardar para la eternidad. No hay duda: eres de los míos. Disfruto mucho los chistes colorados que dices, y que escuchas. Te ríes por lo gracioso de ellos, yo me río de ver a un hijo de Dios participando en eso. El hecho es que ambos la pasamos bien. La música, vulgar y de doble sentido que escuchas me encanta. ¿Cómo sabes cuales son los grupos que me gusta escuchar? También disfruto mucho cuando difamas y te revelas contra tu Dios. Me siento feliz cuando te veo bailando y haciendo ese tipo de movimientos que tanto fascinan, ¡cómo lo disfruto! Ciertamente cuando vas y te diviertes sanamente, me desilusionas, pero no hay problema, siempre habrá otra oportunidad. Hay veces que me haces servicios increíbles cuando das malos ejemplos a los niños o cuando les permites que se desvíen de su inocencia, por medio de la televisión o cosas por el estilo. Son tan perceptivos que fácilmente imitan lo que ven. Te lo agradezco mucho. Lo que más me agrada es que rara vez tengo que tentarte, casi siempre caes por tu cuenta. Buscas los momentos propicios, te expones a situaciones peligrosas; buscas mis ambientes. Si tuvieras algo de sesos cambiarías de ambiente y compañías; recurrirías a la Iglesia y entregarías realmente tu vida al que dices llamar "tu Dios", y aún vivir más el resto de tus años bajo la guía del Espíritu Santo. No acostumbro enviar este tipo de mensajes, pero eres tan conformista espiritualmente que no creo que vayas a cambiar. No mal entiendas, aún te odio y no me interesas en lo más mínimo. Si te busco es porque me agrada tu manera de comportarte y hace quedar en ridículo a Jesucristo. Tu enemigo que te odia. Satanás, o como me quieras llamar.


Desde el principio del tiempo, el instinto del hombre lea sido echarle las culpas de su pecado a otro. El antiguo autor que escribió la historia del primer pecado en el Jardín del Edén era un psicólogo estupendo con un conocimiento profundo del corazón humano. Cuando Dios enfrentó a Adán con su primer pecado, la respuesta de Adán fue: «La mujer que me diste para que estuviera conmigo me dio del árbol, y por eso lo comí.» Y cuando Dios enfrentó a la mujer con su acción, Le contestó: «Fue la serpiente la que me engañó para que comiera.» Adán dijo: "Yo no tengo la culpa. Fue Eva.» Y Eva dijo: "Yo no tengo la culpa. Fue la serpiente»


Los humanos siempre hemos sido expertos en el arte de la evasión. Les echamos las culpas a las circunstancias, a los demás, hasta a nuestro propio temperamento, por el pecado del que somos culpables. La causa del pecado está en nosotros mismos.


Santiago reprende firmemente ese .punto de vista. Para él, lo único que es responsable del pecado son los malos deseos de cada uno. El pecado sería inoperante si no hubiera nada en la persona a lo que apelara. El deseo es siempre algo que se puede alentar o rechazar. Se puede controlar y hasta, por la gracia de Dios; eliminar, si no se deja para mañana. Pero si dejamos que los pensamientos se nos vayan por ciertos senderos, y los pasos nos lleven a ciertos lugares, y los ojos se fijen en ciertas cosas... fomentamos el deseo. Uno siempre puede entregarse a Cristo y ocuparse de cosas buenas tan totalmente que no le quede ni tiempo ni sitio para los malos pensamientos. Es para los desocupados para los que Satanás encuentra faenas que hacer. Son la mente indisciplinada y el corazón no comprometido los que son vulnerables. Si se alienta el deseo suficientemente, seguir o que traerá consecuencias. El deseo engendra la acción.


Los mandamientos de Dios, y los tratos de su providencia, prueban los corazones de los hombres, y muestran la disposición que prevalece en ellos. Pero nada pecaminoso del corazón y la conducta puede ser atribuido a Dios. Él no es el autor de la escoria, aunque su prueba de fuego la deja al descubierto. Los que culpan del pecado a su constitución o a su situación en el mundo, o pretenden que no lo pueden evitar, dejan mal a Dios como si Él fuese el autor del pecado. Las aflicciones, como enviados de Dios, están concebidas para sacar a relucir nuestras virtudes, pero no nuestras corrupciones. El origen del mal y de las tentaciones está en nuestros propios corazones.


Detén los comienzos del pecado o todos los males que sigan serán totalmente cargados a tu cuenta. Dios no se complace en la muerte de los hombres, como que no tiene mano en el pecado de ellos, pero el pecado y la miseria, se deben a ellos mismos.


Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden;  y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios. Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él. (Ro. 8:7-9).


Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida. (Prov. 4:23)
Inclina tu oído y oye las palabras de los sabios,  Y aplica tu corazón a mi sabiduría. (Prov. 22:17)
Soli Deo Gloria



La Esencia de la Oración

Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual,  para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios; fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad; (Col. 1:9-11)

ORACIONES CONTESTADAS (Ilustración)

Por supuesto, todo depende de lo que estamos pidiendo en oración. Si estamos lloriqueando, haciendo berrinche, y rogando que no se nos dé la disciplina de la vida que es enviada a nosotros para tumbar algunos conocimientos superficiales de la humanidad en nosotros, la respuesta a esa oración puede nunca llegar. ¡Gracias a Dios! Aunque, en verdad, no es fácil decir eso, con honestidad. Aun, puede nunca llegar, gracias a Dios. Pero si has obtenido tanto como Epicteto—aunque pagano como lo llamaríamos nosotros—su oración diaria era esta: "Oh, Dios, dame lo que tu deseas para mí, porque yo sé que tu escoges para mí es mucho mejor de lo que yo pudiera escoger."; si tu no estás rogando que se te quite o para zafarte, pero pidiendo gracia y fortaleza para pasar la prueba con honor, "ese mismo día" que oras esa oración, la respuesta siempre llega."A. J. Gossip, "Experience Worketh Hope" (La Experiencia Produce Esperanza).

Es algo de lo más precioso el escuchar las oraciones de un santo por sus amigos; y eso es lo que escuchamos en este pasaje. Bien puede decirse que nos enseña más acerca de la intercesión que casi ningún otro pasaje del Nuevo Testamento. Aquí aprendemos, como dice C. F. D. Moule, que hay dos peticiones básicas que se han de hacer en la oración: el discernimiento de la voluntad de Dios, y seguidamente el poder para cumplirla.

La oración empieza por pedir que seamos llenos de un conocimiento siempre en aumento de la voluntad de Dios. Su supremo objetivo es el conocimiento de la voluntad de Dios. Se trata, no tanto de hacer que Dios nos preste atención, como de que Le escuchemos nosotros a Él; no debemos estar tratando de convencer a Dios para que haga lo que nosotros queremos, sino de descubrir lo que Él quiere que nosotros hagamos. Resulta que muchas veces lo que estamos pidiendo es: " Dios, acomoda Tu voluntad a la nuestra,» cuando lo que deberíamos pedir es: " Hágase Tu voluntad.» El primer objetivo de la oración no es tanto decirle cosas a Dios como escuchar lo que Él nos quiere decir. Este conocimiento de Dios se ha de traducir a nuestra situación humana particular. Pedimos sabiduría y entendimiento espiritual.

La sabiduría espiritual es en griego que se podría describir como conocimiento de los primeros principios. El conocimiento que es lo que los griegos describían a veces como un conocimiento crítico, con lo que querían decir la habilidad de aplicar los primeros principios a cualquier situación dada que nos pueda surgir en la vida. Así es que, cuando Pablo pide que sus amigos tengan sabiduría y entendimiento, está pidiendo que puedan entender las grandes verdades del Evangelio y puedan ser capaces de aplicarlas a las decisiones y las tareas que les sobrevengan en la vida cotidiana. Uno puede que sea profesor de teología y falle en la práctica; que pueda escribir y disertar sobre las verdades eternas, y sin embargo sea una nulidad para aplicarlas a las cosas que le salgan al paso en la vida de cada día. El cristiano tiene que saber lo que quiere decir el Cristianismo, no en el vacío, sino en los asuntos de la vida.

Este conocimiento de la voluntad de Dios y esta sabiduría deben conducir a la conducta correcta. Pablo pide que sus amigos se conduzcan de tal manera que agraden a Dios. No hay nada en el mundo más práctico que la oración. No es evasión de la realidad. La oración y la acción van de la mano. Oramos, no para evadir las responsabilidades de la vida, sino para cumplirlas.

Para esto necesitamos poder. Por tanto, Pablo pide que sus amigos sean fortalecidos con el poder de Dios. El gran problema de la vida no es saber lo que tenemos que hacer, sino hacerlo. En la mayoría de los casos somos conscientes en cualquier situación dada de lo que debemos hacer; lo difícil es poner ese conocimiento en acción. Lo que necesitamos es poder, y lo recibimos mediante la oración. Si Dios no hiciera más que decirnos cuál es Su voluntad, podríamos encontrarnos en una situación frustrante. Mediante la oración alcanzamos el mayor don del mundo: conocimiento y poder.

La gracia de Dios en los corazones de los creyentes es el poder de Dios y hay gloria en este poder.
Soli Deo Gloria



La Infusión de Teología Patrística en la Teología Reformada

La teología patrística y la teología reformada no están en contra la una con la otra. Por el contrario, se enriquecen mutuamente.

En este artículo me gustaría explicar en qué consiste esta tendencia y cómo se puede evitar. No estoy acusando a la tradición reformada de ninguna herejía (y de hecho me identifico como un heredero de mucho de ella), pero sí estoy intentando suplir un elemento muy importante que la tradición reformada suele o dar por sentado u omitir.

En este artículo me gustaría hablar de lo que llamo la infusión de la teología patrística en la teología reformada, la cual explicaré a continuación.

Primero resumo la teología patrística y luego vuelvo a estudiar el consenso de la tradición reformada a la luz de la teología patrística.

La teología patrística: un esquema

Igual que en el artículo previo me basé en el libro de Jon Rohls, aquí me baso principalmente en el libro de Donald Fairbairn titulado Vida en la Trinidad (título en inglés: Life in the Trinity) en que el autor resume una porción significante de la teología de los primeros cinco siglos de la Iglesia (estoy en deuda con su libro pero también he adaptado sus argumentos para conformarlos al enfoque actual).

Los padres de la Iglesia no hablaban de la teología como si fuera impersonal sino como algo personal, es decir, su enfoque era estudiar al Dios trino y nuestra relación con él. La teología patrística llegó a muchas de las conclusiones a las que llegó la tradición reformada pero llegó a ellas por otro camino.

Los padres tenían un enfoque relacional porque veían que los puntos de inflexión más importantes en la Biblia giraban en torno a las relaciones intratrinitarias entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo y a nuestra relación con ellos.

Aunque sea una simplificación, se puede decir que la teología patrística entendía que la Biblia contenía cinco puntos de inflexión, a saber, la eternidad pasada, la creación, la caída, la redención y la consumación. A continuación los desarrollo con más detalle.

Sobre la eternidad pasada, los textos que constituían el foco eran: Juan 1, Juan 17, Efesios 1, Colosenses 1 y Hebreos 1. Como no hay tiempo para estudiar todos, solo cito Juan 17.24 que puede servir como un texto ejemplar que capta bien la esencia de la enseñanza bíblica sobre este primer punto. En este versículo Jesús está orando al Padre y dice: “me has amado desde antes de la fundación del mundo”.

Este versículo (entre otros) muestra que desde siempre (y realmente, más allá de “desde siempre” ya que Dios existe fuera del tiempo) ha existido una íntima relación amorosa entre el Padre (el amador), el Hijo (el amado) y el Espíritu Santo (el amor entre los dos; como se verá a continuación, es importante notar que el Espíritu Santo es el vínculo de relación).

Sin exageración, esta relación es la fuente y el origen de todo, y por lo tanto es la fuente y el origen de toda teología. De la creación, es importante señalar cómo Dios creó al hombre: “Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente” (Gén 2.7). Este versículo era interpretado por algunos padres como el Espíritu Santo dando al hombre la misma vida de Dios y por lo tanto permitiéndole participar en ella. En el momento de su creación el hombre disfrutaba de una íntima relación amorosa con el Dios trino (de hecho, Dios creó al hombre “varón y hembra”, implicando así que ser creado “a la imagen de Dios” incluye la necesidad de vivir en comunidad; cf. Gén 1.26-28).

En el meollo de lo que significa ser creado a la imagen de Dios (Gén 1.26-28) y poder participar en el amor de Dios, está la capacidad de escoger, elegir, desear, querer; en resumen, el hombre fue creado con la voluntad y aquella voluntad debería haber escogido, elegido, deseado y querido al “otro” (Dios y prójimo) como el Padre y el Hijo lo hacen a través del Espíritu.

¿Qué hizo el hombre con dicha capacidad? La respuesta a esta pregunta nos lleva al tercer punto de inflexión, a saber, la caída.

La tentación propuesta a Adán y Eva tenía que ver con la relación y la voluntad: podían, o bien seguir teniendo una íntima relación amorosa con el Dios trino (aunque Satanás no se lo explicó así), o salir de dicha relación y tener una nueva vida fuera del amor de Dios y fuera de una relación con él: “sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal” (Gén 3.5).

La tentación de “ser como Dios” era un ataque directo contra la relación que tenían con Dios, e implicaba un giro en el sentido opuesto a él.

En lugar de girar hacia el “otro”, su voluntad ahora giraba hacia dentro de tal forma que escogía, elegía, deseaba y se quería a sí mismo. Antes de este momento, la presencia de Dios entre su pueblo era dada por sentada pero a partir de ahora está alejada e incluso es amenazadora. Mucho del Antiguo Testamento tiene que ver con este mismo tema.

El cuarto punto de inflexión tenía que ver con la redención, es decir, la respuesta de Dios frente a la ruptura de relación.

El Antiguo Testamento era visto como una preparación para la llegada del Hijo, durante la cual el pueblo de Dios vivía en la promesa de que Dios arreglaría la brecha entre Dios y hombre.

La llegada del Hijo, su encarnación y obra en la cruz, era la culminación de toda la historia a raíz de Génesis 3. Por fin, en Cristo, el único Dios-hombre, un hombre no dijo que sí a la tentación de “ser como Dios” en el sentido de romper la relación con Dios, sino que vivió una vida en perfecta comunión con él: “No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente. Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que él hace” (Jn 5.19-20).

Esta comunión entre Padre e Hijo culminó en la cruz, la cual era interpretada como Dios restableciendo la relación con el hombre. De hecho, varios versículos dicen explícitamente que la cruz era la demostración más clara del amor de Dios: “En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados” (1 Jn 4.10; cf. Jn 3.16; Rom 5.7-8; Gál 2.20; 1 Jn 3.16).

Para los padres de la Iglesia, lo que hizo Jesús a sus discípulos después de su resurrección era muy significativo: “Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo” (Jn 20.22). Este versículo era interpretado como el restablecimiento de la íntima relación amorosa entre Dios y el hombre a través del Espíritu Santo (ver Gén 2.7 arriba).

En cierta medida Jesús, por haber enviado al Espíritu a sus discípulos, envió las “arras” (cf. Ef 1.14) de la relación que Dios y el hombre tenían en Génesis 1-2 y que tendrían en la eternidad futura.

Fue a la luz del reenvío del Espíritu Santo al hombre que los Padres interpretaban el siguiente versículo: “nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina” (2 Ped 1.4). En otras palabras, Dios ha vuelto a darnos de su propia vida a través del Espíritu Santo.

El quinto punto, la consumación, era entendido como un regreso al comienzo, pero con una diferencia muy importante para nosotros: ahora los seres humanos serán acogidos plenamente y para siempre en íntima relación amorosa con el Dios trino: “Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad … Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado” (Jn 17.23-24).

La íntima relación amorosa que Dios tenía entre sí desde siempre, que era la misma que otorgó al ser humano en el jardín, la misma que perdió voluntariamente con el primer pecado (y que nosotros perdemos todos los días de nuestras vidas), la misma que Jesús restableció en parte por su muerte y resurrección—esta misma relación es la que disfrutaremos en plenitud y en la cual participaremos para la eternidad.

La teología reformada a la luz de la teología patrística

En resumen, la teología patrística era una teología coherente e íntegra, y el hilo que la cohesionaba era la relación y el amor.

Donald Fairbairn explica bien la relación entretejida de la teología patrística: “Los padres de la Iglesia no hablaban primero de Dios, y luego de la salvación y luego de la vida cristiana.

En cambio, la manera en que hablaban de Dios abarcaba su discurso sobre la salvación y la vida cristiana. Se podría decir que no tenían doctrinas distintas de Dios y de la salvación sino que su doctrina de Dios era su doctrina de la salvación” (Vida, 6).

Cuando volvemos al sistema doctrinal reformado con este entendimiento de la teología, lo vemos con otra luz. A continuación vuelvo a resumir el mismo sistema doctrinal reformado pero esta vez lo filtro a través del hilo de relación y amor.

-  De la revelación, la Palabra de Dios y el rol de la tradición: Segunda a Timoteo 3.16-17 dice: “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”. La palabra griega detrás de “inspirada por Dios” es θεόπνευστος y literalmente significa expirada por Dios. Evoca la idea de Génesis 2.7 y Juan 20.22 de que Dios nos está ofreciendo su vida por su Palabra. En otras palabras, podemos quedar con Dios y tener relación y comunión con él en su Palabra.

-  De la deidad y la trinidad: En lugar de decir que los atributos de Dios fluyen de la simplicidad (y espiritualidad) del ser de Dios, me gustaría sugerir que la íntima relación amorosa entre el Padre (el amador), el Hijo (el amado) y el Espíritu Santo (el amor entre los dos) es el mejor lugar para empezar. No niego que su simplicidad (y espiritualidad) sea básica para tal entendimiento sino que sugiero que la definición debe ser ampliada con el amor.

-  De la creación y la providencia: La creación es el resultado del amor desbordante del Dios trino. Dios no creó desde alguna carencia sino desde su plenitud. El hecho de que Adán y Eva fueran una sola carne y estuvieran desnudos y no se avergonzaran (Gén 2.23-25) ilustra su plena comunión el uno con el otro, y esta comunión reflejaba la que tenían con su creador.

-  De los seres humanos y el pecado: La obediencia es nuestra forma de amar a Dios (cf. Jn 14.15). Al haber escogido el mal, perdimos nuestra relación con Dios, y como consecuencia, su vida y todo lo que implica (su amor, paz, gozo, etc). Por lo tanto, sólo nos queda la muerte y el giro perpetuo hacia dentro. Es instructivo notar cuántas veces la Biblia habla del pecado en términos del amor: “los hombres amaron más las tinieblas que la luz” (Jn 3.19; cf. Jn 12.43; 2 Tes 2.10; 1 Tim 6.10; 2 Tim 4.10; 1 Jn 2.15; 2 Ped 2.15). Jesús habló de la gente que no tenía relación con Dios dentro del marco de amor así: “Mas yo os conozco, que no tenéis amor de Dios en vosotros” (Jn 5.42).

-  Del pacto de la gracia y la reconciliación: Dios siempre tuvo planeada la redención de su pueblo a través de Cristo (cf. Ef 1.4). La obediencia activa de Jesús fue en realidad una vida de amor: “Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor” (Jn 15.10; cf. Jn 14.31).

-  De la cristología y la llamada “extra calvinística”: Cristo era el verdadero Adán que escogía, elegía, deseaba y quería a Dios. Su obediencia (que es el amor) toma el lugar de nuestra desobediencia (que es el “ser como Dios”). La Biblia dice que el amor es el porqué de la encarnación: “En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él» (1 Jn 4.9).

-  De la justificación y la fe: Como vivimos en la muerte, no hay nada que podamos hacer para reconciliarnos con Dios—siempre queremos “ser como Dios”. Por lo tanto, Dios toma la iniciativa de hacer vivo al ser humano para que pueda responder a su amor. Dios ofrece al ser humano una relación restaurada de forma gratuita. Es impresionante notar que Pablo habla de la salvación en términos del Espíritu Santo y el amor: “el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado” (Rom 5.5). Es decir, lo que perdimos en el jardín, a saber, el amor de Dios, nos ha sido restaurado a través del mismo Espíritu Santo que fue dado originalmente a Adán y Eva.

-  De la santificación y la penitencia: Las buenas obras son la consecuencia necesaria de tener una relación restaurada con Dios, porque Dios ha hecho volver al hombre a su amor: “Si me amáis, guardad mis mandamientos” (Jn 14.15; cf. 1 Tm 1.5; 1 Jn 5.3; 2 Jn 6). La santificación culmina en el amor, que es la virtud cristiana más alta: “Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor” (1 Cor 13.13; cf. 2 Ped 1.5-7).

- De la elección y la reprobación: Dios ha elegido a su pueblo en amor: “en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo” (Ef 1.5; cf. Rom 9.13). La seguridad eterna es el resultado de haber comprendido el amor de Dios: “En esto se ha perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio; pues como él es, así somos nosotros en este mundo. En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor” (1 Jn 4.17-18).

-  De la iglesia y sus marcas características: Las tres marcas de la verdadera iglesia, a saber, la predicación del evangelio, la administración de los sacramentos y el mantenimiento de la disciplina eclesiástica, están enfocadas en la declaración y el mantenimiento de la relación que Dios tiene con su pueblo. Jesús está presente a través del Espíritu Santo cuando haya dos o tres congregados en su nombre (cf. Mat 18.20).

-  De la Palabra y los sacramentos: El Espíritu Santo obra a través de la palabra predicada (2 Tim 3.16) y los sacramentos (Tito 3.5); son los canales a través de los cuales tenemos comunión con Dios. La Palabra es lo que el Espíritu Santo usa para restaurar la imagen de Dios que perdimos a través del pecado: «Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor» (2 Cor 3.17-18).

-  La doble forma de la Palabra de Dios: A través de la obra del Espíritu Santo, la ley que antes no podíamos guardar ahora sí la podemos guardar. La presencia de la santidad de Dios, tan terrible para los que quieren “ser como Dios”, ahora es el mayor deleite para los que han sido llamados a volver al jardín de Génesis 1-2. De hecho, en varios sitios la Biblia dice que el amor es el resumen de la ley de Dios: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas” (Mt 12.37-40; cf. Rom 13.8-10; Gál 5.14; San 2.8). Cuando amamos a través del Espíritu Santo, guardamos la ley de Dios.

-  Del bautismo: Por el bautismo morimos al pecado y resucitamos a una nueva vida en la cual podemos servir (obedecer, amar) a Dios (cf. Rom 6.1-14).

-  De la cena del Señor: Los cristianos se acuerdan de su relación restaurada con Dios y por lo tanto de su relación restaurada los unos con los otros (cf. 1 Cor 11.17-34). Es interesante que algunos de los primeros cristianos se referían a la cena del Señor como un “ágape”, el cual es una transliteración de la palabra griega ἀγάπη, que significa «amor».

-  Del ministerio, la carga y los cargos: Los líderes de la iglesia llevan a sus miembros a una relación cada vez más profunda con Dios. -  De la iglesia y el estado: El estado debe tener un rol de fomentar el bien y disminuir el mal.

Conclusión

En resumen, la teología patrística y la teología reformada no están en contra la una con la otra. Por el contrario, se enriquecen mutuamente.

Lo que la teología patrística puede aportar a la teología reformada es el enfoque personal: la teología no es “una cosa” que hay que estudiar, sino una persona con quien tenemos que relacionarnos.

En lugar de ser “fría”, la teología reformada puede ser muy emocionante y algo que nos lleva a adorar a Dios porque cuando estudiamos la “teología” estamos estudiando lo que el Dios trino ha hecho por nosotros. El amor no solamente es el “vínculo perfecto” de las virtudes cristianas (cf. Col 3.14) , sino también de la teología.

Y para nosotros los cristianos, ¿qué es el amor? “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Rom 5.8).

En otras palabras, este hilo de relación y amor con el cual he intentado unir la teología reformada con la ayuda de la teología patrística es ni más ni menos que una exégesis de la cruz.
Por Andrés Messmer
Soli Deo Gloria



martes, 13 de junio de 2017

La Relevancia del Antiguo Testamento para el Creyente del NuevoTestamento

No penséis que he venido para abolir la ley o los profetas; no he venido para abolir, sino para cumplir. Porque en verdad os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, no se perderá ni la letra más pequeña ni una tilde de la ley hasta que toda se cumpla.  Cualquiera, pues, que anule uno solo de estos mandamientos, aun de los más pequeños, y así lo enseñe a otros, será llamado muy pequeño en el reino de los cielos; pero cualquiera que los guarde y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos.  Porque os digo que si vuestra justicia no supera la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. (Mat 5:17-20)


Hoy dentro del círculo evangélico no hay acuerdo respecto a la relevancia del AT para el creyente del NT. Y así comienza la división entre los evangélicos. La división está sobre esta pregunta: ¿Cómo cumple Jesucristo las exigencias éticas del AT?. Ese es el verdadero enfoque de la preocupación de Jesús en este texto  y las respuestas que se mostraremos para un mayor entendimiento. Los judíos trataban de satisfacer la ley de Dios; y siempre hay un límite a las demandas de la ley. El cristiano trata de mostrar su gratitud por el amor de Dios; y para las demandas del amor no hay límite, ni en el tiempo ni en la eternidad. Jesús nos presenta, no la Ley de Dios, sino el amor de Dios. Hace mucho, Agustín decía que la vida cristiana se podía compendiar en una frase: «Ama, y haz lo que quieras.» Pero cuando nos damos cuenta de cómo nos ha amado Dios, nuestro único anhelo es responder a ese amor, y esa es la mayor tarea del mundo; porque nos presenta una tarea tal que el que piensa en términos de ley nunca soñó, y con una obligación más vinculante que la de ninguna ley.


¿Qué relevancia tiene el Antiguo Testamento para el creyente del Nuevo Testamento? No es una cuestión que deba dejarse a los estudiosos de la Biblia con poco o ningún valor práctico para la "gente en el banco". Es de tremenda preocupación práctica para la iglesia y el cristiano individual. Walter Kaiser Jr. afirma esto muy claramente.


No es exagerado afirmar que esta pregunta supera todos los demás problemas de la teología cristiana. La forma en que se resuelve esta cuestión afecta a cualquier otra área de la teología de una manera u otra. Por lo tanto, no podemos plantear una cuestión más fundamental en toda la teología: la respuesta a este problema dejará su marca en todos los ámbitos en los que podamos formular y actuar nuestra teología. ¿Cuál es la relevancia del AT para el creyente NT? Jesús y el Antiguo Testamento Jesús creyó que el AT era la Palabra de Dios. Siempre hablaba de sus relatos históricos como verdaderos y confiables (Mt 12, 40-41, Lc 17:26-27). Pero, ¿qué dijo Jesús acerca de la relevancia del AT para el creyente del NT? Mateo 5: 17-19 es un pasaje crucial donde él responde a esta pregunta. Jesús dijo, No penséis que he venido para abolir la ley o los profetas; no he venido para abolir, sino para cumplir.  Porque en verdad os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, no se perderá ni la letra más pequeña ni una tilde de la ley hasta que toda se cumpla.  Cualquiera, pues, que anule uno solo de estos mandamientos, aun de los más pequeños, y así lo enseñe a otros, será llamado muy pequeño en el reino de los cielos; pero cualquiera que los guarde y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos. Mat 5:17 -19  Lo primero que debe establecerse es lo que Jesús quiso decir con la "Ley o los Profetas". Hay varias maneras en que el NT se refiere al AT como un todo. A veces el todo es referido por la designación amplia, "la Ley". En una ocasión, Jesús se refirió al canon del AT como "Moisés y los Profetas". Poco después, se refirió a él como "la Ley de Moisés y los Profetas y los Salmos". Y los profetas ", la terminología que Jesús usa aquí, también se usa como una designación del AT.  En este caso particular, él dice la "Ley o los Profetas" y no la "ley y los profetas". El o puede o no puede ser significativo, pero en cualquier caso, nuestro Señor se está refiriendo claramente al canon reconocido y recibido que conocemos como el AT. Hay dos cosas que nuestro Señor dice acerca de su relación con ella. Primero, negativamente, declara lo que no vino a hacer con respecto al AT. En segundo lugar, declara lo que vino a hacer con respecto al AT. vino a hacer Jesús hace abundantemente claro lo que no vino a hacer con respecto al Antiguo Testamento. Él dijo: "No penséis que he venido a abolir la ley o los profetas" (Mt 5:17). Una de las definiciones de abolir en el idioma original es "acabar con, abolir, anular, invalidar". Esta definición parece encajar bien en este contexto. Jesús sabía que estaba a punto de lanzar una bomba sobre sus oyentes. Esa bomba es v.20. Jesús dijo: "Porque os digo que si vuestra justicia no sobrepasa la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos". El pueblo consideraba a los escribas y a los fariseos como los líderes religiosos de la época, los expertos Y los ejecutores de la Ley, respectivamente. Sin embargo, Jesús, en términos inciertos, dijo que no iban a entrar en el reino de los cielos. Tal acusación equivalía a derribar los objetos de la comprensión popular de la religión del Antiguo Testamento. También lo habría hecho aparecer como un revolucionario celoso "que había venido a socavar la Ley". Por lo tanto, antes de hacer una declaración tan chocante, él declara de todo corazón en "V. 17-18 que todo lo que Él está yendo Enseñar está en absoluta armonía con toda la enseñanza de las Escrituras del Antiguo Testamento”.


Sólo esa declaración por sí sola comienza a conducirnos en la dirección correcta cuando se trata de determinar la relevancia del AT para el creyente del NT. Las palabras "yo vine" y "no vine" en el versículo 17 son dos maneras en que Jesús habló de que había venido del cielo a la tierra para cumplir la misión salvífica que le había dado su Padre (Jn. 6:32-40). Esto significa que su misión de salvar a los pecadores y de introducir el reino no hará que el AT sea obsoleto. Eso debe hacer que cualquiera sea cauteloso y piense dos veces antes de declarar que cualquier aspecto de la revelación del AT no es relevante para el creyente del NT.


Lo que Jesús vino a hacer Puesto que no vino a destruir la "Ley o los Profetas", ¿qué fue exactamente lo que vino a hacer con respecto al Antiguo Testamento? "No vine a destruir, sino a cumplir " (Mateo 5: 17b). Al tratar con este pasaje, hay dos cosas en las que la mayoría de los evangélicos que profesan están de acuerdo. Estamos de acuerdo en que Cristo vino a cumplir las profecías del AT acerca del Mesías (1 P 1: 10-11). También estamos de acuerdo en que él vino a cumplir los muchos tipos y sombras que encuentran su cumplimiento en Él (Colosenses 2: 16-17, Él 10: 1-2). Tomar cualquier otra posición equivaldría a una negación de la fe cristiana. La verdad central del NT es que Jesús de Nazaret es el Mesías prometido en las escrituras del AT comenzando todo el camino de regreso en Génesis 3:15 (Ro 1: 2-4). Más allá de eso existe la unidad entre los evangélicos en la creencia de que todavía hay revelación en el AT concerniente a Cristo que aún espera cumplimiento. Parece que v.18 tiene aplicación directa a eso. " Porque en verdad os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, no se perderá ni la letra más pequeña ni una tilde de la ley hasta que toda se cumpla". La palabra traducida en v.18 no es la misma que en v.17. Uno de sus posibles usos que mejor encajan en este contexto es "ser realizado, realizado, realizado".  La desaparición del cielo y la tierra es sin duda una referencia a la segunda venida cuando nuestro Señor regrese en gloria inaugurando un Nuevo Cielo y una Nueva Tierra. Los evangélicos están de acuerdo en que el Antiguo Testamento seguirá siendo autoritario y, por lo tanto, pertinente con respecto a todas sus predicciones concernientes a Cristo culminando en el último gran acontecimiento previsto en el AT, el Día del Señor.


Sin embargo, aquí es donde termina el acuerdo y comienza la división entre los evangélicos. La división está sobre esta pregunta: ¿Cómo cumple Jesucristo las exigencias éticas del AT? Ese es el verdadero enfoque de la preocupación de Jesús en este texto. Considere tres cosas que confirman que este su enfoque.


En primer lugar, Jesús usó la frase "la ley o los profetas" en ocasiones con una esfera de referencia más estrecha: la totalidad de las exigencias éticas reveladas en el AT y resumidas en los dos grandes mandamientos (Mateo 7:12; Mat 22: 34-40).


En segundo lugar, debemos tener en cuenta el contexto de todo el sermón cuando se trata de interpretar este pasaje. En ninguna parte del sermón Cristo dirigió o expuso las profecías / tipos del AT. Él expuso los estándares éticos que deben ser practicados por los miembros genuinos del reino de los cielos revelados en la Ley y los Profetas (Mt 7:12).


En tercer lugar, lo que pone más allá de cualquier duda de que las exigencias éticas del AT es el enfoque de Jesús es lo que dijo en v.19: "Cualquiera, pues, que anule uno solo de estos mandamientos, aun de los más pequeños, y así lo enseñe a otros, será llamado muy pequeño en el reino de los cielos; pero cualquiera que los guarde y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos".


La motivación que tenían los escribas y los fariseos era la de la Ley; su única finalidad y deseo era satisfacer las demandas de la Ley. Ahora bien, al menos en teoría, es perfectamente posible satisfacer las demandas de la ley; en un sentido puede que llegue un tiempo en que uno diga: "He cumplido todas las demandas de la Ley; he cumplido mi deber; la Ley ya no tiene ningún derecho sobre mí.» Pero la motivación que tiene el cristiano es la del amor; el único deseo del cristiano es mostrar su maravillada gratitud por el amor con que Dios le ha amado en Jesucristo. Ahora bien: No es posible, ni siquiera en teoría, satisfacer las demandas del amor. Si amamos a alguien con todo nuestro corazón, estamos obligados a sentir que si le diéramos toda una vida de servicio y adoración, si le ofreciéramos el Sol y la Luna y las estrellas, todavía no habríamos ofrecido bastante. Para el amor, todo el reino de la naturaleza sería una ofrenda demasiado pequeña y así Jesús estaba estableciendo implícitamente ciertos principios generales.
Soli Deo Gloria