“Levantándose muy de mañana, cuando todavía estaba oscuro, salió, y se fue a un lugar solitario, y allí oraba.” Marcos 1:35
Comenzamos enero y lo que
nos no gustaría admitir, es que estamos muy entusiasmados por los grandes
planes de leer toda la Biblia a lo largo del año, pero la mayoría de las veces
nos freímos en algún lugar en medio de otro sacrificio en Levítico.
La verdad es que buscar a
Dios a través de la oración y el tiempo en Su Palabra no siempre es fácil,
divertido o natural para nosotros. Requiere esfuerzo y disciplina. Si
eres como yo, el esfuerzo y la disciplina son efímeros cuando olvidas el por
qué que motiva aquello a lo que estás llamado.
La vida devocional es el
ejercicio diario de apartar un tiempo a solas para dedicarnos a la oración y la
lectura de las Escrituras. El cristiano debe establecerlo hasta que se
convierta en una disciplina diaria. Un hábito cristiano. Necesario y
provechoso. No hay ninguna otra actividad en la vida del creyente que
contribuya más a su crecimiento espiritual, como la lectura y la oración.
El mundo, la carne y el
diablo se oponen a nuestra vida devocional precisamente porque ninguno de ellos
quiere que disfrutemos de la comunión con Cristo. Sin embargo, ¡alabado
sea Dios! Podemos disfrutarlo si apartamos el tiempo.
Debemos desarrollar una vida
de oración, pues solo en ese contexto, podemos crecer en nuestra dependencia y
conocimiento de Dios. Sea en las mañanas, por las tardes o en las noches,
debemos apartar ese tiempo a solas con Dios.
“Oh SEÑOR, de mañana oirás mi voz; de mañana presentaré mi oración a ti, y con ansias esperaré.” Salmo 5:3
No pierda otra oportunidad
de arrodillarse, abrir el Libro de Dios y suplicarle que hable a su corazón de
la manera en que solo Él puede hacerlo.
LECTURA
DE LA PALABRA DE DIOS – Hechos
17:11
Las almas iluminadas y amantes de lo celestial siempre han atesorado las meditaciones matinales, y estas almas han tenido como regla no ver jamás un rostro humano sin antes haber visto el rostro de Dios. Por lo tanto, la primera hora de cada mañana debe dedicarse al Señor, cuyas misericordias la reconfortan con luz celestial y divina.
Si no tienes tiempo para leer la meditación matinal y al menos un capítulo de las Escrituras, de todo corazón te suplico que dejes este libro a un lado, dado que me apenaría sobremanera saber que por mi culpa alguien esté leyendo menos la Palabra de Dios. He sentido en mi corazón el deseo de motivar a mis amigos a investigar en sus Biblias más que nunca, por lo tanto, seleccioné los pasajes con esmero y busqué hasta en lo más recóndito de la Biblia para que la curiosidad pudiera llevarlos a indagar en el contexto. No obstante, me desilusionaría si después de todo terminara por frustrar mi propio objetivo al distraer al lector, escudriñando mis comentarios, en lugar de escudriñar la Palabra de Dios directamente.
TIEMPO
DE ORACIÓN - Hebreos
4:14
Esta es una exhortación
sumamente bendita y totalmente aceptable para la familia viviente de Dios,
quienes desde el momento del nuevo nacimiento hasta su muerte se encuentran
continuamente en un estado de necesidad. Sus necesidades son diversas y
constantes, y sus necesidades obviamente pueden ser suplidas y suplidas solo
por nuestro Bendito Señor mismo. Hay una asombrosa introducción a la
exhortación vital; "Permítenos," Señor, danos el dulce privilegio y
haznos por el Poder de la Gracia Divina, por el ejercicio santo de la Gracia de
la Fe: "Permítenos", sin obstáculos, atravesando todas las
multitudes, superando todos los obstáculos mirando exclusivamente a Ti,
"déjanos".
"Vamos, pues", por cuanto la exhortación se funda en la Gloriosa Doctrina Divina, obra sumo sacerdotal del Hijo de Dios Encarnado, nuestro Gran Sumo Sacerdote: grande por la dignidad de su persona por la virtud de su obra de redención y la validez de la misma debido al lugar glorioso donde ejerce su oficio sacerdotal para su iglesia en el tercer cielo. "Viendo, pues, que tenemos un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos". (Hebreos 4:14) Esto es: tenemos un Gran Sumo Sacerdote que traspasó los cielos y en esa Gloriosa Verdad, la Preciosa Doctrina Divina se basa en la poderosa, dulce, tierna y sagrada exhortación del texto. "Déjanos, por tanto," la palabra que he sentido tan maravillosa es; "Vengamos, pues, confiadamente", pero ven. Te invita a venir. Ser un pecador venidero es una bendición cuya riqueza y favor nunca se puede calcular; venir de verdad. Todos los ejercicios de toda gracia del Espíritu están por venir. Vienes por la Fe, en el amor, en la esperanza, en la humildad y en el arrepentimiento. Es dulce venir. ¿Sabes lo que está por venir? `` ¿Vienes, pecador agobiado? '' Ven, `` tu caso no admite suspensión ''. Ven. ¡Qué maravilloso y bendito es cuando el SEÑOR le dice a un pecador: "Ven a mí"!
La vida devocional es el
respirar del creyente, la leche del recién nacido, el alimento del fuerte y el
agua para el pez. No hay vida en Dios, sin vida de oración, porque nuestra
altura espiritual, la calculamos con la medida de la vida devocional.
Enlaces relacionados:
Estudio bíblico personal devocional