De la Creación
(Capitulo 4)
1. En el principio agradó a Dios Padre, Hijo y
Espíritu Santo,1 para la manifestación de la gloria de su poder,
sabiduría y bondad eternos,2 crear o hacer el mundo y todas las cosas
que en él hay, ya sean visibles o invisibles,3 en el lapso de seis
días,4 y todas muy buenas.5
1. He. 1:2; Jn. 1:2,3; Gn. 1:2; Job 26:13; 33:4.
2. Ro. 1:20; Jer. 10:12; Sal. 104:24; 33:5,6; Pr.
3:19; Hch. 14:15,16.
3. Gn. 1:1; Jn. 1:2; Col. 1:16. 4. Gn. 2:1-3; Ex.
20:8-11.
5. Gn. 1:31; Ec. 7:29; Ro. 5:12
Esta Sección enseña:
1a Que ni el mundo (el universo
visible) ni alguna de las cosas que hay en él, ya sea en sustancia o en
forma existen por sí mismos ni son eternos.
2ª Que Dios que es el Padre, el
Hijo y el Espíritu Santo, creó los elementos sacándolos de la nada y
dándoles la forma que hoy representan; y, que el proceso particular de
esta obra del que se nos da una relación en el Génesis, fue hecho en seis
días.
3ª Que cuando Dios acabó de hacer
todas las cosas, eran buenas cada una según su género.
4a Que el objeto de Dios en la
creación fue el de manifestar su propia gloria.
2. Después
que Dios hubo creado todas las demás criaturas, creó al hombre, varón y hembra,
con almas racionales e inmortales, haciéndolos aptos para la vida con Dios
para la cual fueron creados;1 siendo hechos a imagen de Dios, en
conocimiento, justicia y santidad de la verdad;2 teniendo la ley de
Dios escrita en sus corazones, y el poder para cumplirla y, sin embargo, con la
posibilidad de transgredirla, por haber sido dejados a la libertad de su
propia voluntad, que era mutable.3
1. Gn. 1:27; 2:7; Stg. 2:26; Mt. 10:28; Ec. 12:7.
2. Gn. 1:26,27; 5:1-3; 9:6; Ec. 7:29; 1 Co. 11:7;
Stg. 3:9; Col. 3:10; Ef. 4:24.
3. Ro. 1:32; 2:12a,14,15; Gn. 3:6; Ec. 7:29; Ro.
5:12.
Esta sección enseña:
1ª Que Dios después de haber
creado a todos los habitantes de la tierra, creó al hombre, sin intermedio
alguno.
2a Que Dios creó un par humano, de
quien desciende por generación toda la raza humana.
3ª Que Dios creó al hombre a su
propia imagen—(a)—poseyendo una alma racional e inmortal—(b)—fue dotado de
inteligencia, justicia y santidad, teniendo dominio sobre la creación
inferior.
4ª Que Dios enriqueció a Adam con
el conocimiento necesario para que pudiese guiarse, dándole además una ley
escrita en su corazón v una revelación externa y especial de su voluntad.
5ª Que aun cuando creó a Adam
santo y capaz de obedecer, éste era susceptible de caer como sucedió
cuando le sujetó a una prueba especial de obediencia, prohibiéndole comer
del árbol de la ciencia del bien y del mal.
3. Además de la ley escrita en sus corazones,
recibieron un mandato de no comer del árbol del conocimiento del bien y del
mal; y, mientras lo guardaron, fueron felices en su comunión con Dios y
tuvieron dominio sobre las criaturas.1
1.
Gn. 1:26,28; 2:17
Soli Deo
Gloria