Un frío
día de enero en 1649, el Rey Carlos I se paró delante de una selenciosa
multitud de londonienses. Él ascendió al cadalso, expresó sus buenos deseos
para su verdugo, y se arrodilló, colocando su cabeza sobre el frío bloque para
cortar cabezas. El hacha cayó, separándole la cabeza del cuello. Luego el
verdugo levantó la cabeza del rey y clamó, "He aquí la cabeza de un
traidor."
Lo
impensable había ocurrido. Una nación "cristiana" había matado a su
rey. Espontáneamente un gemido salió de la ansiosa multitud, "un
gemido," dijo un testigo, "como nunca antes había escuchado y deseo
no escuchar jamás´" — uno que representaba el sentimiento de
muchos hombres ingleses y la mayoría de los europeos contemporáneos.
Pocos
reconocen los grandes puntos relevantes de la historia cuando ocurren. La
ejecución de Carlos I no fue una excepción. Los ideales de la Reforma habían
alcanzado su plena expresión, afectando aún la esfera política, y los puritanos
fueron el vehículo por medio del cual esos ideales viajaron. Ellos terminaron
en la ejecución de Carlos I.
Y nadie
había sido más dedicado a la Biblia, y las implicaciones políticas de sus
verdades que el puritano Oliver Cromwell (1599-1659), el hombre principalmente
responsable por el descabezamiento del rey. Él fue el mayor estadista inglés
del siglo diecisiete y un genio militar que, aunque carecía de adiestramiento
militar formal, nunca fue derrotado en batalla. Para su desmayo, él llegó a
reemplazar al rey, reinando en Inglaterra como Lord Protector. A él se le
ofreció la corona y la monarquía, pero las rechazó.
A los
ideales sembrados por Cromwell y sus compañeros puritanos debemos la mayoría de
nuestra libertad religiosa y política, el principio del capitalismo, el
nacimiento de la revolución científica, y el advenimiento de las
denominaciones. Cromwell representó bien los ideales puritanos.
CARICATURAS
PURITANAS
¿Quiénes
fueron los puritanos? Ellos no fueron una denominación, sino un movimiento
espiritual de reforma dispersos en las iglesias de Inglaterra. Durante la
década de 1560 la Reforma fracasó en purificar adecuadamente a la Iglesia de
Inglaterra. Muchos clamaron ir hasta el fin con la Biblia. Ellos fueron
derogativamente llamados "puritanos."
"En
toda la cultura occidental la imagen despertada por la palabra puritano es de
aguafiestas," denota Jacques Barzun. "En los Estados Unidos él es el
hombre de Nueva Inglaterra que promovía las "leyes religiosas" contra
todos los placeres inocentes, y cuyo único pasatiempo era ahorcar a las
brujas."
Los
hechos rápidamente refutaron esta caricatura, promovida por la literatura
popular tal como la Letra Escarlata y El Crisol. En realidad, los puritanos
vestían ropas de colores brillantes, bailaban, eran excelentes hombres de
negocios, promovían fervorosamente la buena educación, fueron los primeros en
permitir múltiples denominaciones religiosas en un país, y sabían cómo
disfrutar de la vida. Cuando el buen barco Arabella partió con destino a Nueva
Inglaterra en los años 1630 con carga destinada para los puritanos de Nueva
Inglaterra, llevaba 10.000 galones de vino, y 42 toneladas de cerveza, pero
sólo 14 toneladas de agua fresca. Cuando el indio Squanto entró en
la cabaña de los primeros peregrinos, colonos en la colonia de Plymouth, ellos
inmediatamente hicieron lo que todo buen puritano hace -- le ofrecieron ron y
cerveza.
La
corriente espiritual que comenzó la Reforma en 1571 alcanzó su punto más
elevado con el movimiento puritano. Los "puritanos brillaron ante nosotros
como un tipo de faro," nota J.I. Packer, "sobrepasando la estatura de
la mayoría de los cristianos en la mayor parte de los campos."
Ahora
que sabemos algo de los puritanos, examinemos la vida y los tiempos de Oliver
Cromwell, uno de los grandes líderes puritanos. El conflicto de la época en la
cual nació ayuda a explicar su vida.
EL GRAN CONFLICTO
James I
(1566-1625) y su hijo Carlos I, asumieron el Derecho Divino de los Reyes. Esta
era la doctrina de que el rey debía ser la cabeza de la Iglesia Nacional,
reinando sobre dicha iglesia por medio de obispos subordinados a su poder.
Tanto James como Carlos creían que el Rey era el vocero de Dios y que la
palabra del Rey debía ser mediada a través de los obispos de la iglesia del
estado. En otras palabras, como el Rey hablaba por Dios, James y Carlos creían
que la conciencia de sus súbditos debía estar atada a la orden del Rey.
Sin
embargo, la Reforma, que comenzó a influenciar a Inglaterra justo después del
nacimiento de James, enseñaba "el sacerdocio de todos los creyentes."
Esta era la idea de que cada hombre puede y debe sobrepasar al rey y sus obispos,
escuchando de Dios directamente a través de la Biblia. Por tanto, ellos creían
que era necesario que el Estado dé a los hombres libertad de conciencia.
Segundo, la Biblia enseñaba la igualdad de todos los hombres, que todos los
hombres son iguales delante del trono de juicio de Cristo, y que todos, rey y
comunes, estaban igualmente sujetos a la ley de Dios. Estas eran ideas
radicales en el siglo 17.
BIOGRAFÍA
Cuando
Oliver nació, en 1599, el Derecho Divino de los Reyes había sido la teoría
política aceptada por cientos de años. La religión oficial del Estado era el
anglicanismo, y ninguna otra denominación era permitida. Las iglesias que se
"separaban" o "disentían" eran brutalmente perseguidas.
Muchos eran colgados o torturados por adorar afuera de la iglesia anglicana.
Oliver
nació en una familia de clase media cerca de Huntington, en la vecindad de
Cambridge. Se conoce poco de su juventud. Él estudió Leyes en Cambridge, pero
abandonó los estudios antes de completar la carrera.
Durante
la juventud de Cromwell, el poder de la prédica puritana transformó
radicalmente a Inglaterra. Estos predicadores eran singularmente dotados y
ungidos por Dios. Después de predicar por 2 horas, Laurence Chaderton trató de
parar: "Mi buen señor, no se detenga. ¡Continúe! ¡Continúe!", instó
su congregación - tal era el hambre por la palabra de Dios. De
hecho, el impacto de la predicación puritana en Inglaterra durante la juventud
de Cromwell es uno de los fenómenos de la historia de la iglesia.
Conocemos
muy poco acerca de la conversión de Cromwell, excepto que en algún momento
cerca de sus treinta años se volvió víctima de esta poderosa predicación
puritana. De ese día en adelante, su vida giró alrededor de los derechos reales
del Rey Jesús.
En
1625, James I murió y su hijo Carlos I ascendió al trono. Tres años más tarde
la villa de Huntington eligió a Oliver para representarlos en el Parlamento. En
este tiempo la mayoría de los miembros del Parlamento eran puritanos de clase
media empapados en las presuposiciones bíblicas citadas más arriba. Los
Derechos Divinos del Rey y el Sacerdocio Puritano de todos los Creyentes
estaban entrando en mayor conflicto. Carlos pidió al parlamento y la nación a
someterse a su gobierno. El Parlamento pidió a Carlos, al igual que todos los
hombres, a someterse a la ley de Dios y a la ley de la tierra. Aunque Carlos
era un hombre honorable, la capitulación a este pedido era impensable.
Para el
año 1642 sus diferencias se volvieron irreconciliables. El parlamento y el Rey
formaron ejércitos y la primera Guerra Civil Inglesa comenzó. La guerra era a
causa de conjeturas. ¿Deben prevalecer las conjeturas bíblicas o las
tradicionales en cuanto a la conciencia de los hombres y el papel del gobierno
civil?
GENERAL CROMWELL
Aunque
las calificaciones de Cromwell eran de un humilde granjero y abogado de villa,
él poseía un don para el liderazgo militar que ni él ni sus amigos habían
anticipado. En 1642, no sabiendo nada sobre la milicia, regresó a su casa a
reclutar una tropa de caballería. Sus habilidades marciales aparecieron
rápidamente, dándole un papel decisivo en las victorias parlamentarias de
Marston Moor (1644), (donde recibió el sobrenombre de "Jefe
Malhumorado") y más tarde en Naseby (1645).
A
medida que su éxito creció, el parlamento aumentó sus responsabilidades hasta
que llegó a comandar a los ejércitos. El reclutó a hombres jóvenes con profunda
y vibrante fe puritana. Ignorando la costumbre establecida, promovió a
oficiales basado en la habilidad y no en la clase social. Sus tropas marchaban
a la batalla cantando salmos. Su ejército separó días para el arrepentimiento y
el ayuno, y se dedicaron a la predicación de sus capellanes puritanos. Y,
dondequiera que Cromwell iba, le seguía la victoria.
En
1646, el parlamento derrotó a los ejércitos del Rey, y la primera guerra civil
terminó. El Rey Carlos acordó compartir el poder con el parlamento, permitiendo
la misma libertad de conciencia, y reemplazando los obispos con un gobierno
presbiteriano. Sin embargo, detrás de las cortinas, él engañosamente maniobró
al parlamento, alistando la ayuda de Escocia e Irlanda para comenzar una
segunda guerra civil.
LA EJECUCIÓN DE
CARLOS
Una
segunda guerra civil comenzó. Costó miles de vidas y mucho sufrimiento. Aunque
el ejército de Cromwell rápidamente derrotó a los irlandeses y escoceses, el
parlamento, controlado por los Puritanos, se sintió atado a aplicar la justicia
sin favoritismo, aún con el Rey. Carlos había quebrantado la ley. El había
cometido traición. Al igual que todos los hombres, él debía ser juzgado
imparcialmente. El Rey no estaba por encima, sino bajo la misma ley de Dios
como ciudadanos.
En
enero de 1649 el Parlamento juzgó a Carlos I por traición, lo encontró
culpable, y fue ejecutado según la costumbre de los hombres. Sin el liderazgo
de Cromwell y el compromiso a la justicia bíblica, esto no hubiera ocurrido.
Este evento fue el génesis de la libertad moderna, y surgió de la mezcla de las
presunciones bíblicas predicadas por los puritanos ingleses.
EL PROTECTORADO
Cromwell
y sus hombres reemplazaron al Rey con el parlamento, esperando que los miembros
piadosos del parlamento cesarían los reinados de poder e iniciarían un período
de paz y justicia. Pero el parlamento cayó en tal disputa y peleas que
comprobaron ser ineficaces y que no podían gobernar.
Para
impedir el caos, Cromwell temporalmente cesó las palancas de poder. El
parlamento le ofreció la corona en 1657, pero él la rechazó. Renuentemente, él
gobernó como Lord Protector hasta su muerte en 1658. Fue un tiempo de gran
prosperidad económica y paz para Inglaterra.
Después
de la muerte de Cromwell, Inglaterra reflexionó en las dos guerras civiles y
anhelaba paz y estabilidad. El parlamento llamó al hijo de Carlos para regresar
de su exilio y asumir la corona que su padre había perdido. Lleno de amargura
por la muerte de su padre, Carlos II persiguió a los puritanos y trató de
reinstituir mucho de lo que su padre había perdido.
En
1688, después de la muerte de Carlos II y su hijo, el parlamento aprobó un
grupo de leyes conocido como la "Gloriosa Revolución." Ellas institucionalizaron
los principios por los cuales Oliver y los puritanos habían peleado las guerras
civiles.
EL CARÁCTER DE
CROMWELL
A pesar
de las opiniones contrarias, Cromwell fue un hombre de sinceridad, tolerancia y
devoción. Por ejemplo, durante la primera guerra civil el parlamento aumentó su
sueldo a 1.600 libras, una suma inmensa de dinero en aquellos días, pero Oliver
ofreció regresar 1.000 libras por año a la causa de la guerra.
Después
de convertirse en Lord Protector, él extendió la tolerancia religiosa a los
bautistas, quakers, presbiterianos, y congregacionalistas — clemencia no
conocida en su tiempo. De hecho, él fue la primera cabeza de estado moderna en
permitir a diferentes denominaciones operar libremente en el mismo país.
Sus
cartas revelan a un hombre de profunda piedad, sólido conocimiento bíblico, y
fe inquebrantable. Por ejemplo, él escribió a su nuera: "Deseo que su
principal interés sea buscar al Señor: que clamen a El frecuentemente, para que
se manifieste a ustedes en Su Hijo." Esta actitud
Cristo-céntrica anima su correspondencia con su familia, amigos y estadistas.
RESUMEN
Dios
levantó a los puritanos y a Oliver Cromwell para "arrancar y para
destruir, para arruinar y para derribar, para edificar y para plantar"
(Jeremías 1:10). "Nunca jamás," denota Samuel Rawson Gardiner,
"apareció otra vez en Inglaterra una iglesia perseguidora apoyándose en el
absolutismo real; una monarquía descansando sus reclamos únicamente en el
derecho divino; un parlamento desafiando a los constituyentes por quienes había
sido electo así como también el gobierno por el cual había sido llamado." Todo
esto debemos a Cromwell y a los puritanos por quienes él habló.
Benjamín
Hart contiende que América debe su libertad política y religiosa, no
principalmente a los romanos y griegos, sino a Cromwell y los puritanos a
quienes nuestros padres fundadores admiraron profundamente. Si esto es
verdad, América está en gran deuda al valeroso Oliver y los santos puritanos.
William
P. Farley es pastor de Grace Christian Fellowship en Spokane, Washington. El es
autor de For His Glory (Para Su Gloria), Pínchale, y Outrageous Mercy
(Increíble Misericordia), Baker. Usted puede contactarse con él en el teléfono
509-448-3979.
Soli Deo Gloria