“Pero Jehová permanecerá para siempre; Ha dispuesto su trono para juicio. Él juzgará al mundo con justicia, Y a los pueblos con rectitud.” Salmos 9:7-8
Algo que alabamos de Dios es su permanente
poder.
El perdura para siempre
¡Dios no va a ninguna parte! El hecho
de que este mundo incrédulo no ama al Dios vivo y verdadero no hace que su
poder se desvanezca ni una sola gota. Dios es eterno, y mientras muchos reinos,
naciones e individuos han venido y se han ido, Dios permanece.
Este Dios eterno también es un Juez
santo
Dios tiene el derecho de juzgar cada
persona, el corazón, las acciones y las palabras según los estándares de su
Palabra. Dios conoce todos los detalles de la vida de cada persona. Él conoce
cada motivo, cada pensamiento privado. El juicio de Dios, dice el versículo, es
justo. No se le puede sobornar. Él no comete errores en su juicio. Su juicio no
es ni demasiado severo ni demasiado suave.
¿Cómo debería afectarnos esta verdad
acerca de Dios?
Nos debería confortar
Confortarnos porque Dios va a tratar el
mal y la injusticia correctamente. Aún el mejor sistema de justicia en el mundo
falta a un nivel u otro en su juicio. Nos debería dar sensatez. Deberíamos
vivir con el cuidado de que Dios nos toma en cuenta delante de Él. En lugar de
determinar nuestros pensamientos y acciones basados en nuestras preferencias
personales, lo cual es socialmente aceptable o políticamente correcto,
deberíamos preocuparnos por lo que Dios piensa por encima de todo.
Finalmente, debería guiarnos a correr
hacia Jesús como nuestro refugio
Cada uno de nosotros merece la
penalización del juicio de Dios por toda la eternidad. Pero, en la cruz, Jesús
fue castigado por Dios por los pecados de su pueblo. En gracia soberana, fue
castigado para que los pecadores fuesen libres. Aquellos que corren a Cristo
por gracia y misericordia saben lo que es poder ver hacia Dios, no meramente
como juez, sino como Padre quién los ha perdonado y aceptado por gracia solamente.
1. Dios Perdura
2. Dios es un Juez Justo
3. Esto debería darnos tranquilidad,
sensatez y fe en Jesús.
Soli Deo Gloria