Amado, quizás la mayor expresión de la
justificación forense de Dios se encuentra en la doctrina de la adopción.
Muchos no consideran la adopción como una doctrina, pero la realidad es que el
hombre en su pecaminosidad está completamente alejado de Dios; el hombre
literalmente no tiene parte con Dios en su condición de depravación natural. La
obra de Dios al salvar a la humanidad es un proceso legal en el que el caso
individual de cada persona es adjudicado por Dios con el veredicto que
determina el estado eterno de uno. Para aquellos que son redimidos, su estado
no es simplemente el de ser ciudadanos del reino de Dios; aunque esto es
ciertamente cierto. Más bien, cada creyente redimido es adoptado en la familia
de Dios y esta persona se convierte en un hijo de Dios.
En Efesios 1: 4 - 5, el
apóstol Pablo habla a esta realidad; "Como él nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que
seamos santos e irreprensibles delante de él. En amor, él nos predestinó para
ser adoptados como hijos por medio de Jesucristo, según el propósito de su
voluntad."
La importancia doctrinal de la adopción
es que, como hijo de Dios, al creyente se le dan no solo todas las bendiciones,
sino que en realidad son herederos de todo lo que Dios tiene y Dios no retendrá
nada que pueda ser comunicado por sus hijos.
Click para oir la exposición compartida
en mi iglesia local respecto al tema de la adopción.
Soli Deo Gloria