Desde la matriz están desviados los impíos; desde su nacimiento se descarrían los que hablan mentiras. (Salmo 58:3)
En las escrituras el pecador se ve
indefenso, encarcelado en la esclavitud del pecado. Todo lo que esté listo
fuera de su prisión no le servirá de nada; un poder más grande que el suyo debe
romper los barrotes y desatar los grilletes si quiere escapar. Ahora, mi amigo,
es el poder que Dios proporciona en el Evangelio de su Hijo Jesucristo.
Recuerda las palabras del salmista: "he puesto ayuda en uno que es
poderoso".
El pobre pecador espiritualmente no tiene méritos
propios
El Señor Jesucristo dijo: "Los
sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos; no he venido para
llamar a justos, sino a pecadores para arrepentimiento". Cristo vino a
sanar a los que están espiritualmente enfermos; dices que estás perfectamente
bien, así que debes seguir tu propio camino, y Cristo irá en otra dirección,
hacia los pecadores necesitados.
El pobre pecador tampoco tiene fuerza
Él está en un estado de pobreza
espiritual, ¡absolutamente así! Él no puede orar y ni siquiera puede sentir su
pobreza. Al leer la Biblia, desearía poder leerla con mayor provecho, llorar
por el pecado y sentir su pecado en sus propias lágrimas y querer llorar en
arrepentimiento. Son tan pobres pecadores que no pueden hacer absolutamente
nada sin Cristo, y tan pobres que en los que están en su carne, no mora nada
bueno. Ellos pensaron una vez que podría haber algo bueno en ellos, pero han
buscado su naturaleza a través del modo más doloroso y han descubierto que la
gracia debe hacer todo por ellos.
Los pobres pecadores desesperadamente
tienen esta baja opinión de sí mismos porque la gracia de Dios les ha enseñado
a pensar correcta y verazmente acerca de sí mismos en relación con Dios. No
tienen una buena palabra para decir sobre ellos mismos, más bien, se ponen el
dedo en los labios y se sonrojan al recordar lo que sienten que son. Si deben
hablar de ellos mismos, dicen: "Todos como ovejas nos descarriamos;
cada cual se apartó por su camino. " "¡Todas nuestras justicias
como trapos de inmundicia!"
Mi querido amigo es el pobre y el
necesitado, y el que no tiene ayuda que encuentra alivio del terrible estado de
pecado, "Porque él librará al NECESITADO cuando clame, también al afligido
y al que no tiene quien le auxilie." (Salmo 72: 12).
Se dijo: "No tenemos el poder de
Dios a menos que vivamos persuadiéndonos de que no tenemos nada propio".
Tú que no conoces el valor de un poderoso Salvador, oro para que Él te haga
sensible a tu absoluta necesidad de él.
Soli Deo Gloria