Cuando fui a vosotros, hermanos, proclamándoos el testimonio de Dios, no fui con superioridad de palabra o de sabiduría, pues nada me propuse saber entre vosotros, excepto a Jesucristo, y éste crucificado. Y estuve entre vosotros con debilidad, y con temor y mucho temblor. Y ni mi mensaje ni mi predicación fueron con palabras persuasivas de sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no descanse en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios. (1 Corintios 2:1 -5)
En
términos de tratar con el miedo y el evangelismo, creo que el punto de partida
es darse cuenta de que no todo el miedo es malo. El miedo nos recuerda la
importancia de la tarea de compartir el evangelio. No es algo que debemos
tomar a la ligera, y también nos obliga a depender del Señor, y en ese caso, el
miedo puede ser una cosa muy útil. Pero la mayoría de las veces cuando la
gente habla de miedo y evangelismo, están hablando de un miedo que les impide
compartir.
¿Cómo
podemos definir el evangelismo? La respuesta del Nuevo
Testamento es muy simple: el evangelismo es predicar el evangelio. Es una obra
de comunicación en la cual el creyente pregona las Buenas Nuevas que nuestro
Padre misericordioso nos enseñó. Cualquier persona que anuncia el evangelio, ya
sea en una reunión grande o en una pequeña, desde el púlpito, desde la esquina
o desde la cocina, está evangelizando.
Hay
temores comunes que he observado.
La
primera no es saber lo suficiente
Tienen miedo de que se
les haga una pregunta que no pueden responder, y les digo a la gente que no
tienen que tener miedo de eso. Eso sucederá y siempre habran preguntas que
no podrían responder. Y no hay pecado si hay honestidad en responder en
decir, "No sé la respuesta," o, "Déjame investigar y te respondo."
Una
segunda fuente común de miedo, la gente tiene miedo al fracaso
Tienen
miedo de que puedan hacer más daño que bien, pero cuando escucho a alguien
compartir que tienen miedo de que hagan más daño que bien, siempre pienso:
"Ese no es tu problema", pueda ser que necesitan más audacia.
Me
encanta esta definición de evangelismo, Él dijo: El testimonio exitoso es
compartir las buenas nuevas de Jesucristo en el poder del Espíritu Santo y
dejar los resultados a Dios. No podemos cambiar el corazón de
nadie. El testimonio exitoso es cuando compartimos las buenas noticias.
¿Tienen miedo? ¿Qué piensa esta persona acerca de mí si
me identifico con Cristo? Pienso en los gobernantes de los que Juan habló
en Juan 12. Muchos de los gobernantes creyeron en Jesús, pero a causa de
los fariseos no lo confesaban para que no fueran expulsados del templo. Y luego en Juan 12:43, nos
dice, porque ellos aman la aprobación de los hombres más que la aprobación de
Dios.
Tenemos
que afrontar que nuestro miedo al rechazo es realmente amar
la aprobación de los hombres más que la aprobación de Dios. Necesitamos
amar a aquellos que no conocen a Cristo más que a nosotros
mismos. En Hechos 4, vemos que los discípulos tenían
miedo. Habían sido amenazados, y tenían miedo, ¿y qué
hicieron? Ellos oraron por audacia. Creo que es una oración que Dios
se complace en responder. Cuando tenemos miedo, simplemente reconocemos
eso y decimos, Dios me temo, estoy asustado ahora mismo. ¿Me llenarías de
audacia? Esa es una oración que Dios ama contestar. Alguien lo
describió de esta manera. El miedo golpeó a la puerta, respondió la fe, y
no había nadie allí.
El
miedo nos obliga a depender del Señor, y en ese caso, el miedo puede ser una
cosa muy útil.
"Una iglesia que escucha el evangelio predicará el evangelio."
Soli Deo Gloria