Y se dedicaban continuamente a las enseñanzas de los apóstoles, a la comunión, al partimiento del pan y a la oración. (Hechos 2:42)
En este pasaje tenemos un resumen
sucinto de las características de la Iglesia Primitiva. Era una iglesia
que aprendía. La enseñanza aquí no es pasiva, sino activa. La frase quiere
decir que dedicaban tiempo y prestaban atención a lo que los apóstoles enseñaban.
En el texto nos dice se nos dice que la
iglesia primitiva se dedicaba continuamente a la enseñanza y
comunión de los apóstoles, en el partimiento del pan y a la oración. Es
importante observar que la devoción a la enseñanza de los apóstoles es
mencionada primero. Fueron serios en su deseo de entender
correctamente el Antiguo Testamento y las enseñanzas de Jesús, y los apóstoles
fueron su guía autorizada para conocer esas verdades. No se reunieron en
un círculo preguntándose unos a otros: "¿Qué significa esto para
ustedes?" No, ellos querían saber la verdad, así que ellos enfocaron su
atención en las enseñanzas de los apóstoles, quienes podrían impartirles con
precisión el significado apropiado.
La Palabra de Dios es esencial para una
iglesia saludable.
Todo lo demás fluye del conocimiento
enseñado por el Espíritu de las Escrituras. Nuestra comunión se guía por
ella, El partimiento del pan es gobernado por ella, y nuestras oraciones
deben estar en línea con ella. Nuestras iglesias hoy necesitan tener un
compromiso y devoción similares a las Escrituras. Nuestra
gente necesita ver lo importante y vital que es la Palabra en su vida
cotidiana. Aquí están algunas de las bendiciones que vienen a aquellos que
están dedicados a las Escrituras.
Uno de los grandes peligros de la
Iglesia es caer en una religiosidad estática que mira hacia atrás en lugar de
adelante. Precisamente porque las riquezas de Cristo son inescrutables e
inagotables debemos ir siempre hacia adelante. El cristiano se dirige, como la luz
de la aurora, hacia una plenitud que no se alcanza en esta vida (Proverbios
4:18). Debemos considerar que hemos perdido el día si no hemos aprendido en
él nada nuevo ni hemos profundizado en la sabiduría y en la gracia de Dios.
Este libro revela la mente de Dios, el
estado moral y espiritual del hombre, el camino de salvación, el castigo del
pecador no redimido y la bienaventuranza del creyente. Sus doctrinas son
santas, sus preceptos obligatorios, sus historias verdaderas y sus decisiones
inmutables. Léelo para ser sabio, créelo para estar seguro, practícalo para ser
santo. Es luz que dirige, pan que sostiene y consuelo que alegra. Es mapa del
viajero, báculo del peregrino, brújula del navegante, espada del soldado y la
carta magna del cristiano. En la Biblia está el paraíso restaurado, el cielo
abierto y las puertas del infierno descubiertas. Cristo es su gran tema,
nuestra salvación su buen propósito y la gloria de Dios su meta. Debe ocupar la
mente, gobernar el corazón y guiar los pies. Léelo con lentitud, con frecuencia
y con oración. Es mina de prosperidad, un paraíso de gloria y un río de placer.
Nos es dado en esta vida, será abierto en el juicio y será recordado
eternamente. Trata del deber más grande, recompensará la labor más excelente y
condenará a todo aquél que juega con su sagrado contenido.
Entonces veamos las bendiciones que
encontramos en las escrituras:
1) Nos permite superar las tentaciones
de Satanás, vemos donde Cristo usó las
Escrituras para derrotar a las tres tentaciones del diablo (Mateo 4: 4,
7, 10); Donde la "espada del Espíritu, que es la palabra de
Dios", que es una parte vital de la armadura de Dios que nos protege de
los ataques de Satanás (Efesios 6:17); Y las palabras
alentadoras de Juan a los jóvenes que él dice son "fuertes y la palabra de
Dios permanece en ustedes y han vencido al mal" (1 Jn. 2:14). En
cada uno de estos casos, La Palabra de Dios fue la clave para permanecer
firmes contra las tentaciones de Satanás.
2) Clave para la transformación
espiritual, Ro. 12: 2 Y no
seáis conformados con este mundo, sino transformados por la renovación de
vuestra mente.
3) Para el crecimiento de nuestra fe, Ro. 10:17 Así que la fe viene de
oír y oír por la palabra de Cristo.
4) Para nuestra santificación y
entrenamiento espiritual, 2Ti. 3:16 -
17 Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para
reprender, para corregir, para instruir en justicia; para que el hombre
de Dios sea preparado para toda buena obra.
5) Fuente para el avivamiento
espiritual, Sal. 119: 50 Esta
es mi consolación en mi aflicción, que tu palabra me ha revivido.
6) Esencial para la convicción del
pecado, Heb. 4:12 Porque la
palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de dos
filos; penetra hasta la división del alma y del espíritu, de las coyunturas y
los tuétanos, y es poderosa para discernir los pensamientos y las intenciones
del corazón. Y no hay cosa creada oculta a su vista, sino que todas las cosas
están al descubierto y desnudas ante los ojos de aquel a quien tenemos que dar
cuenta.
7) Vital para ser fructifero,
Sal. 1: 2 - 3 sino que en la ley del SEÑOR está
su deleite, y en su ley medita de día y de noche! Será como árbol
firmemente plantado junto a corrientes de agua, que da su fruto a su tiempo, y
su hoja no se marchita; en todo lo que hace, prospera.
8) Para ver la gloria de Dios, Las Escrituras revelan la gloria de Dios desde Génesis 1:
1 hasta Apocalipsis 22:21.
A la luz de estas bendiciones (y hay muchas más) que vienen a nosotros a través de la Palabra, desafiemos a nosotros mismos y a nuestro pueblo a un mayor compromiso con las Escrituras cada año, y que el Espíritu de Dios use la Palabra de Dios para transformarnos más en la semejanza del Hijo de Dios.
A la luz de estas bendiciones (y hay muchas más) que vienen a nosotros a través de la Palabra, desafiemos a nosotros mismos y a nuestro pueblo a un mayor compromiso con las Escrituras cada año, y que el Espíritu de Dios use la Palabra de Dios para transformarnos más en la semejanza del Hijo de Dios.
Soli Deo Gloria