Teniendo, por tanto, tal esperanza,
hablamos con mucha franqueza. (2 Corintios 3:12)
Veo a muchos hombres que dicen predicar
el Evangelio de la gracia de Dios en Cristo Jesús, pero están involucrados en
confusiones y debates irrelevantes. Gracias a Dios por aquellos que por
su gracia y poder predican con mucha franqueza y sencillez que es en Cristo
Jesús. Si los niños pequeños no pueden entender (intelectualmente) su
evangelio, entonces su evangelio no tiene valor.
Sé que la verdad debe ser revelada por
Dios y que es insondable, pero el Evangelio que nuestro Señor predicó no fue
confuso o difícil de entender. Entonces aquellos que rechazan nunca
pudieron llegaran al conocimiento de la verdad. Pero aquellos que oían la
claridad de su evangelio, llegaron a entender lo que Jesús estaba
diciendo, aunque estaban espiritualmente ciegos antes de oír con claridad.
La gente se está muriendo y va al
infierno mientras que los doctores de la teología están discutiendo por horas
en redes sociales, centros académicos etc. Seamos sinceros con las personas
como pecadores que son y que solamente necesitan oir el evangelio con mucha
franqueza.
He oído hablar de una hermosa niña que
vendía violetas en la calle. Esta niña tenía que llevar todas las noches a su
pobre y miserable choza las violetas que le sobraban. A fuerza de hacer esto,
llegó a decir que odiaba el perfume de esa flor por haberse acostumbrado a él,
"¡Qué extraño!", exclamó alguien. Sin embargo, eso mismo es lo que
dicen algunos de los que oyen el evangelio. Temo, sobre todas las cosas, que
vuestro olfato se acostumbre tanto a la agradable fragancia de la Rosa de Sarón
y del Lirio de los Valles que su aroma os llegue a causar náuseas.
Y todo esto procede de Dios, quien nos
reconcilió consigo mismo por medio de Cristo, y nos dio el ministerio de la
reconciliación; a saber, que Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo
consigo mismo, no tomando en cuenta a los hombres sus transgresiones, y nos ha
encomendado a nosotros la palabra de la reconciliación. Por tanto, somos
embajadores de Cristo, como si Dios rogara por medio de nosotros; en nombre de
Cristo os rogamos: ¡Reconciliaos con Dios! Al que no conoció pecado, le hizo
pecado por nosotros, para que fuéramos hechos justicia de Dios en El. (2
Corintios 5:18-21)
Soli Deo
Gloria