Respondiendo Jesús, les dijo: ¿Ni aun esto habéis leído...? (Lucas6:3)
Este pasaje contiene una
gran verdad general. Jesús les dijo a los fariseos: "¿Es que no habéis
leído lo que hizo David?» La respuesta sería sin duda que sí; pero no se habían
dado cuenta de lo que quería decir.
Es posible leer las
Escrituras meticulosamente, conocer la Biblia de tapa a tapa y poder citar
literalmente capítulo y versículo, y no haberse enterado de su verdadero
significado.
¿Por qué no lo habían
captado los fariseos, y por qué sigue pasando tan a menudo?
1. Porque no
venían a la Escritura con una mente abierta. No venían a la Escritura para
aprender la voluntad de Dios, sino para encontrar textos que confirmaran sus
propias ideas. Con demasiada frecuencia los hombres han llevado su teología a
la Biblia en vez de encontrar su teología en la Biblia. Cuando leemos la
Escritura debemos decir, no «Escucha, Señor, porque tu siervo está hablando»,
sino «Habla, Señor, porque tu siervo está escuchando.»
2. No venían con un
corazón necesitado. El que no viene con un sentimiento de su necesidad
siempre se pierde el sentido más profundo de la Escritura. Cuando despertamos a
nuestra necesidad, la Biblia es un libro nuevo.
El sentimiento de su
necesidad le abrió el sentido de la Escritura. Entonces al final podemos decir
he leído esas palabras mil veces, y nunca me había enterado de su significado
hasta ahora.
Cuando leemos el Libro de
Dios debemos venir con una mente abierta y con un corazón necesitado: entonces
será también para nosotros el libro más maravilloso del mundo.
La Biblia es como un álbum
de fotografías. Voy a la casa de un amigo, y mientras lo espero comienzo a
hojear su álbum. Voy dando vuelta a las hojas y encuentro gente que conozco, y
gente que se parece mucho a mis vecinos y amigos. Si leemos la Biblia,
encontraremos en ella nuestros retratos. Mi amigo, quizás seas un fariseo. Si
es así, mira lo que dice el evangelio de Juan, capítulo 3. Pero tal vez no seas
un fariseo. Quizás pienses que eres un pecador demasiado malo para llegar a Cristo.
Lee lo que dice la Biblia acerca de la mujer de Samaria, y cree en las palabras
que el Señor le dijo a ella.
Dice nuestra CBL 1689 Cap.
1 Parr. 7, 9
7. No todas las cosas
contenidas en las Escrituras son igualmente claras en sí mismas ni son igualmente
claras para todos; sin embargo, las cosas que son necesarias saber, creer y
guardar para salvación, se proponen y exponen tan claramente en uno u otro
lugar de las Escrituras que no sólo los eruditos, sino los que no lo son,
pueden adquirir un entendimiento suficiente de tales cosas por el uso adecuado
de los medios ordinarios.
9. La regla infalible
de interpretación de las Escrituras la constituyen las propias Escrituras; y,
por consiguiente, cuando surge una duda respecto al verdadero y pleno sentido
de cualquier pasaje bíblico (que no es múltiple, sino único), éste se debe
buscar en otros pasajes que se expresen con más claridad.
Soli Deo Gloria