Digno eres, Señor y Dios nuestro, de recibir la gloria y el honor y el poder, porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas. (Apoc. 4:1-11).
El cap. 4 es una magnífica
descripción de la majestuosidad de Dios y la adoración que sus criaturas le
rinden. Esta visión, por ende, resalta la santidad de Dios y la respuesta de
sus criaturas en la adoración.
Nuestra adoración debiera
siempre estar centrada en la Cruz. Una adoración centrada en la cruz, es
una adoración bíblica y que a Dios glorifica. Y por eso el corazón de un
cristiano debe rebosar cada día con la canción del calvario. Apocalipsis 4:11
Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste
todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas.
Su culto reconoce al Señor
como digno de recibir la gloria y el honor y el poder por cuanto Él creó todas
las cosas, y por Su voluntad existen. La visión nos prepara para lo que ha de
seguir y adorarlo por los siglos de los siglos. Dios es contemplado como el
Todopoderoso Gobernante del universo, sentado sobre el trono de Su gloria,
rodeado de criaturas que le adoran.
Por eso hoy debiéramos
preocuparnos por un mayor conocimiento de Dios por medio de su Palabra, porque
eso nos conducirá a una mejor forma de adoración por lo que EL es y lo que ha
hecho por nosotros. “Nosotros nos convertimos en lo que adoramos”
“La adoración es la
postración del alma ante Cristo como Dios.”
“Fuiste creado para
adorar”.
No a nosotros, SEÑOR, no a
nosotros, sino a tu nombre da gloria, por tu misericordia, por tu
verdad. Salmos 115:1
Soli Deo Gloria