Separación Secundaria
Separación Secundaria: ¿Fueron los
pastores Martyn Lloyd-Jones y Charles H. Spurgeon herejes? “Cuando la verdad es
silenciada, los puntos de vista falsos parecen plausibles” (Walter J. Chantry)
Supongo que al leer este artículo, piense que estoy reaccionando o dando
respuesta a una reciente publicación en las redes sociales por las que se
calificó de “hereje” a un pastor que cuenta con más de 50 años en el ministerio
y cuyo testimonio es impecable como ministro del evangelio de Jesucristo. La
verdad no he escrito este artículo para defender a ningún pastor o ministro
evangélico.
En las redes sociales se pueden leer multitud
de escritos sin fundamento ni prueba alguna, en los cuales se puede apreciar
claramente el desconocimiento de sus autores no solo de la Biblia misma, o de
la historia de la iglesia sino peor aún, de términos tan sencillos
como“herejía” A la verdad, responderlos sería darle importancia a aquello que
no lo tiene.
Entonces ¿Por qué tomo el tiempo para
escribir sobre este asunto?
Lo hago movido por las consultas que
algunos hermanos de diferentes países me han enviado con la siguiente pregunta
“¿Qué significa la separación secundaria?; y ¿Por qué una persona que lo
practica es considerada como un hereje?”
Soy un asiduo lector de algunos blogs
en el idioma inglés con cuyos autores no comparto necesariamente las mismas
posiciones teológicas. Precisamente, es en el ámbito “anglo” donde he visto
debates serios acerca de este tema, pero nunca he leído u oído que alguno de
estos autores haya llamado “hereje” al Dr. Peter Masters o a cualquier otro que
defienda la doctrina bíblica de la separación secundaria; en algunas partes
quizás sean llamados “extremistas”, “radicales”, “fundamentalistas”, etc.; pero
nunca se les ha llamado “herejes”.
Pero en el ámbito hispano, estoy
convencido que muchos no tienen claridad sobre esta doctrina y los que
verdaderamente la conocen prefieren no hablar de ella, supongo que siguiendo
sus intereses “eclesiásticos”, de allí que me he visto en la necesidad de
escribir sobre ello.
Me sorprende de igual manera que
quienes llaman hereje al Dr. Peter Masters por defender la doctrina de la
separación secundaria, recomienden literatura de Spurgeon y del Dr.
Lloyd-Jones, con quienes el Dr. Masters tiene exactamente la misma posición en
lo que respecta a la separación secundaria. ¿Por qué no le llama herejes
también a este par de hombres? No encuentro otra razón que no sea esta: el
total desconocimiento bíblico de la doctrina, de la historia de la iglesia,
además de una pasión desmedida en su intento de justificar su liberalismo sobre
la Escritura y su heterodoxia sobre la Ortodoxia.
¿Es el Dr. Peter Masters el único
ministro que enseña y practica la doctrina de la separación secundaria?
Yo aprendí la doctrina de la separación
secundaria por las Escrituras y la profundicé en la iglesia Norteamericana de
la que era miembro (cuando vivía en los Estados Unidos), esta iglesia afirmaba
la Confesión de 1689. Supongo que esto me convierte a mí y mis pastores en
“herejes” y como a nosotros, también a miles de miles de pastores que creen y
obedecen esta doctrina.
A medida de mi caminar en Cristo, pude
ver que otros ministros ortodoxos de igual manera la enseñaban y practicaban; y
que también había personas quienes la despreciaban y atacaban. Pero hay dos
siervos de Dios que alcanzaron cierta fama que creían y practicaban la
“separación secundaria”, ellos son: el Dr. Martyn Lloyd Jones y el pastor
Charles Haddon Spurgeon. Y esto no lo digo sin ninguna prueba, solamente basta
saber la historia de estos dos ministros para reconocer que fue así.
¿Fueron los pastores Martyn Lloyd-Jones
y Charles H. Spurgeon herejes?
Pido disculpas por la fotografía que
acompaña este artículo, ¿Verdad que se ve mal? Es posible que no estemos de
acuerdo con todas las cosas que predicaron y enseñaron estos pastores, pero
creo que jamás podríamos llamarlos herejes; pero si vamos a decirle “hereje” al
Dr. Peter Masters por practicar la separación secundaria, entonces por
exactamente las mismas razones también debemos hacerlo con Lloyd-Jones y
Spurgeon…si es que queremos ser consistentes en nuestras declaraciones, de otra
manera, dejaríamos al descubierto nuestra carencia de entendimiento al
respecto.
Una explicación bíblica e histórica de
la doctrina de la separación secundaria
Me he visto en la necesidad de traducir
un artículo, que no se encuentra disponible en idioma español, que trata de la
doctrina de la “separación secundaria” por medio del cual se puede descubrir la
caricatura que han hecho algunos indoctos, aprovechándose del desconocimiento
de la verdadera posición doctrinal que no solamente es sostenida por el
Tabernáculo Metropolitano sino que lo ha sido a través de los siglos por miles
de ministros confesionales alrededor del mundo, incluyendo por supuesto al
Dr.Martyn Lloyd-Jones y a Charles H. Spurgeon.
Tengo presente lo que el apóstol Pablo
dice: “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados,
contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo,
contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes” (Ef 6:12 –
RV60); en ese sentido, este artículo no debe ser tomado como algo personal.
Traducción del artículo del Dr. Peter
Masters, titulado “Cuando separarse”
La Separación Secundaria – Cuando
separarse.
Está claro que es un deber fundamental
de los cristianos estar separados de los falsos maestros que niegan los
fundamentos de la fe. “No se junten con ellos", dice el apóstol Pablo
(véase 2 Corintios 6,14), “No te asocies” (Se proveen referencias completas de
la Biblia al final del artículo) Este deber bíblico se ha conocido como la
doctrina de la separación.
Sin embargo, hay ministros y
congregaciones que creen en la Biblia quienes pertenecen a denominaciones
apóstatas donde las personas que rechazan el verdadero Evangelio constituyen la
abrumadora mayoría, como la Iglesia de Inglaterra, o la Unión Bautista.
Algunas veces los ministros evangélicos
y miembros del clero en estas denominaciones pueden actuar de una manera
bastante "independiente", pero por lo general ellos cooperan con sus
líderes denominacionales y colegas quienes niegan los fundamentos de la fe. Al
hacer esto, ellos ignoran y repudian el claro deber de la separación bíblica.
Ellos reconocen y trabajan con aquellos a quienes el Señor llama: “lobos con
piel de ovejas”
¿Es correcta la separación secundaria?
Surge la pregunta - ¿Cómo deberían
tratar los evangélicos que obedecen al llamado de Dios de separase, a los
compañeros evangélicos que se niegan a hacerlo?; ¿Deberían ellos mantener pleno
compañerismo con los tales, o separase de los que desobedecen? Este último es
llamado como “la separación secundaria”
En el pasado, las iglesias
independientes, las iglesias Bautistas Estrictas y las Asambleas de Hermanos en
Gran Bretaña, han sostenido y practicado unánimemente la separación secundaria,
a menudo con gran pesar, ése también es nuestro deber. Pero hoy en día
escuchamos a los pastores de esas iglesias diciendo que no creen en la
separación secundaria. Algunos llaman a esta doctrina “hiper-separación" y
hacen que suene dura y sin amor. Incluso hemos oído que se le ha llamado “el
pecado de cisma”.
Nadie debe olvidar que el deber de la
separación, bien sea primaria o secundaria, es dado en la Biblia a causa de la
bondad infinita de Dios. Muy lejos de ser una práctica seca y sin amor, es un
deber que preserva el Evangelio y protege la iglesia. Está diseñada para
nuestra bendición y poder. Está allí para protegernos de miles de trampas…
Separación con discreción
Una de las razones por la que algunos
pastores rehúyen de obedecerla separación secundaria es esta: ignoran que ésta
debe aplicarse con discreción, en el espíritu de 1 Corintios 16:14 –“Que todas
vuestras cosas sean hechas con amor”(Pablo dice esto inmediatamente después de
exhortarnos a mantenernos firmes en la fe)
Si un ministro que pertenece a una
denominación apóstata a sabiendas, está voluntaria y activamente cooperando con
falsos maestros, jamás tendríamos comunión con él; pero si tal ministro es
afligido a causa de sus colegas no-evangélicos por refutarles y darles testimonio
y por negarse a cooperar con ellos, entonces debemos respetarlo, y ser
caritativos. Quizás él nunca ha considerado su posición. Ciertamente deberíamos
reconocerle como un hermano, tener comunión con él en privado, orar por él y
convencerlo de que deje esa denominación, si está a nuestro alcance.
Sin embargo, no podríamos compartir una
plataforma, o un púlpito con él, o una conferencia, o pedirle que predique para
nosotros, porque eso sería avalar su denominación apóstata y confundir al
pueblo de Dios. Pero no nos alejaríamos de él en la misma medida en que lo
haríamos de un ministro evangélico que voluntariamente es desobediente y que
coopera con los falsos maestros de su denominación.
La interpretación que hace la Biblia
King James sobre Judas 22 también expresa amor en la reprobación: ‘Y recibid a
los unos en piedad, discerniendo’ - RV-1862; o (en este caso) distinguiendo
entre los niveles de participación en el error.
El Dr. Lloyd-Jones acerca de la
separación
En tiempos recientes se ha afirmado que
la separación secundaria es extremismo.
Este escritor (el Dr. Peter Masters) ha
sido nombrado como uno de aquellos que va más allá del Dr. Martyn Lloyd-Jones
(1899-1981), el famoso ministro de la Westminster Chapel, quien hizo un llamado
a los evangélicos para que abandonen las denominaciones apóstatas.
Se afirma que el Dr. Lloyd-Jones se
opuso a la separación secundaria, diciendo: “Si yo estoy convencido de que un
hombre es mi hermano voy a tolerarlo. No voy a separarme de él… Hemos nacido de
nuevo, por el mismo Espíritu estamos en la misma familia… No voy a separarme de
mi hermano” (Unidad en la Verdad, páginas 120-121)
El Dr. Lloyd-Jones, sin embargo, no
estaba hablando de la separación secundaria en aquella cita, sino acerca de la
unidad entre evangélicos quienes habían abandonado las denominaciones
apóstatas.
Su sueño y esperanza fue que todos los
evangélicos británicos se separaran del error y se unieran en una nueva
denominación. No todos estaban entusiasmados, algunos le dijeron: “Somos
bautistas, y no podríamos unirnos a los paedo-bautistas”, mientras que otros
dijeron, “Nosotros somos calvinistas y no podríamos unirnos a los arminianos”.
El Dr. Lloyd-Jones apeló a ellos y les dijo que él no iba a separarse de su
hermano y que ellos tampoco debían hacerlo.
Él no estaba hablando de separase de
los evangélicos que cooperan con los no-evangélicos en sus denominaciones,
porque él defendía tal separación. Él estaba apelando a la unidad entre
aquellos que se habían separado. El sintió que ellos debían dejar de lado sus
convicciones sobre el bautismo y las doctrinas de la gracia, y así
sucesivamente, en aras de la unidad.
El Dr. Lloyd-Jones y Billy Graham
Para probar el punto recordemos la
forma en la cual el Dr. Lloyd-Jones rechazó trabajar con Billy Graham, y este
es un ejemplo significativo de la separación secundaria. En el año de 1963 el
evangelista le pidió al Dr. Lloyd-Jones presidir el primer Congreso Mundial de
Evangelismo (eventualmente llevado a cabo en Berlín en 1966; predecesor de
Lausanne)
El Dr. Lloyd-Jones le dijo a Billy
Graham que si él cesaba de invitar a liberales y católicos romanos en su
plataforma, y desechaba el sistema de invitaciones al altar (conocido como
decisionismo), entonces él lo apoyaría y presidiría el Congreso.
Billy Graham no cambiaría sus puntos de
vista, y el Dr. Lloyd-Jones declinó en refrendar o aprobar o trabajar con él.
Sin ninguna duda la reunión entre ellos fue conducida cortésmente (duró casi
tres horas) pero el resultado fue una firme aplicación de la separación
secundaria.
El Dr. Lloyd-Jones adoptó la misma
actitud hacia las cruzadas en Londres que hizo Billy Graham. El Dr. Lloyd-Jones
tuvo su punto de vista, y lo declaró públicamente, que tener una unidad visible
con aquellos quienes están en oposición a las cuestiones esenciales de la salvación,
era pecaminoso. (El también creía que el sistema de invitación al altar era una
fuente de engaño en masa y causaba gran daño a las iglesias)
A pesar de la alta estima de Billy
Graham con la mayoría de los evangélicos británicos, del apoyo entusiasta que
recibió de los medios de comunicación seculares, del hecho de que su nombre era
muy conocido, y a pesar del lugar significativo en el evangelicalismo mundial
que le estaba ofreciendo al Dr. Lloyd-Jones, este último se mantuvo en su
principio bíblico, y declinó todas las propuestas. El no aprobaría ni
trabajaría con el Dr. Billy Graham. Esta es verdadera lealtad a la Palabra de
Dios.
Por lo que merece la pena, en cuanto al
presente autor (Dr. Peter Masters) se refiere, su punto de vista en cuanto a la
separación secundaria no va más allá de la perspectiva del Dr. Lloyd-Jones
(aunque el autor no comparte el entusiasmo que este gran hombre tuvo en sus
últimos días por una nueva denominación evangélica)
Spurgeon acerca de la separación
secundaria
En un famoso sermón, C.H. Spurgeon
expresó la mismísima posición en estas palabras: “Para que yo no pueda poner en
ridículo mi testimonio me he desligado yo mismo de los que yerran en la fe, y
aun de aquellos quienes se asocian con ellos” (Metropolitan Tabernacle Pulpit
1888, No 2047) El Dr. Lloyd-Jones era de la misma opinión, pero ambos
ejercieron tierna discreción.
Escuchamos algunas veces que se dice
que no hay ningún texto en la Biblia que requiera una separación secundaria,
pero nosotros encontramos esta aseveración asombrosa. Por un lado, los mismos
textos que ordenan una separación primaria son enfáticos, insistentes,
obligatorios e imperativos, demostrando cuán grande sería nuestro error si los
rechazamos. Ellos son categóricos y absolutos. Ellos son obligatorios y no
simplemente permisivos.
La desobediencia a estos textos (favor
mirar al final del presente artículo) ciertamente pone a un creyente dentro de
la categoría de uno que “anda desordenadamente” y desalineado de las
instrucciones apostólicas. Por lo cual la palabra de 2 Tesalonicenses 3:14 es
clara: “Si alguno no obedece a lo que decimos por medio de esta carta, a ése
señaladlo, y no os juntéis con él, para que se avergüence”
De otro lado, las palabras solemnes de
Apocalipsis 18:4 expresan un principio profundo y profético: “Salid de ella,
pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados…” En 2 Juan 11 se nos
enseña que aquel quien ofrece bienvenida a un falso maestro es participante de
sus malas obras. Dios asigna culpabilidad al que no se separa, y nosotros no
debemos sacudir esa enseñanza de la Biblia.
Al final, aquellos quienes erradamente
permanecen en denominaciones apóstatas contribuyen (sea o no su objetivo) con
la victoria de los enemigos del Señor. Vemos esto en el declive histórico de
las que una vez fueron las grandes denominaciones evangélicas.
En este artículo hemos llamado gran
error el desobedecer los textos relacionados con la separación. El Dr.
Lloyd-Jones lo llama “un pecado”. Estos versículos ciertamente requieren que
nos mantengamos separados de aquellos quienes dan reconocimiento y asistencia a
los falsos maestros.
Algunos están ansiosos en cuanto a la separación
secundaria porque ellos creen que tenemos el deber de promover la unidad entre
iglesias por razón de la oración sacerdotal del Salvador de Juan 17. Este
asunto será tratado en el apéndice de este artículo, pero antes, debemos
considerar otra causa importante de separación.
Separación de los evangélicos mundanos
El deber bíblico de permanecer
separados de ciertos evangélicos aplica, no solamente a los falsos maestros y a
quienes los ayudan, sino también a los evangélicos quienes promueven una conducta
pecaminosa, mundana y dañina. Esta categoría de separación incluye a aquellos
quienes cometen serias transgresiones, tales como inmoralidad y demás pecados
referidos en 1 Corintios 5:9, 11 y 13 y en otros lugares de la Biblia. De
hecho, tanto asociaciones profesionales seculares como clubes deportivos
excluyen a aquellos quienes con su conducta traen descrédito a su causa.
La conducta mundana y dañina
ciertamente incluye malas palabras y juramentos, faltas graves de respeto a
Cristo o a las Escrituras, e insinuación sexual deliberada o lenguaje
pornográfico. Existen predicadores en nuestros días afirmando ser evangélicos
sanos, quienes traen el testimonio en descredito por tales conductas, y
nosotros, de ninguna manera, podemos aprobarlos.
Es realmente sorprendente que algunos
evangélicos los aprueben. Ellos pueden afirmar ser reformados en doctrina, pero
de hecho niegan con sus conductas el fundamento de la fe, diciendo en realidad
que Dios no es Santo después de todo. ¡A Dios no le importan las borracheras,
ni los juramentos, ni las vulgaridades ni tampoco el exhibicionismo mundano! De
hecho, Él se deleita en ver a Su pueblo dándose riendas sueltas. Esta es la
“declaración confesional” de sus vidas.
Entonces si existe un enorme problema
en lo que respecta a otras formas de mundanalidad intencional. ¿Quién puede
calcular el daño que la mundanalidad está haciendo en las iglesias de Cristo?
Separación del Rap y del Rock
¿Quién habría imaginado veinte años
atrás que el rap, con todas sus asociaciones culturales degradadas, sería usado
en la adoración y aplaudida aún dentro de las iglesias reformadas? Se ha hecho
un daño incalculable, la reverencia se ha perdido, el mensaje ha sido
distorsionado por la cultura, y los jóvenes son privados de toda distinción
entre la iglesia y el mundo.
Las cosas pecaminosas primero permean
la iglesia para después dominar la adoración mundana y poco inteligente de la
actualidad, porque los pastores pensaron que distanciarse de estas cosas sería
carecer de amor. En consecuencia, el rebaño es pronto mutilado, la santidad es
atrofiada y el amor por Cristo da paso a una mera autocomplacencia con el fin
de entretener.
La reciente pero masiva invasión de la
mundanidad en la iglesia comenzó poco a poco en la década de 1960, pero la
escala que podemos presenciar hoy en día no se alcanzó hasta la década de 1990,
mucho después de que los ministerios de Dr. Lloyd-Jones, EJ Poole-Connor, y de
otros notables, quienes incluyeron advertencias de protección en sus labores
pastorales. Ellos no advirtieron de la extrema mundanalidad de hoy, ya que aún
no había surgido. De hecho, nada parecido se ha visto en toda la historia de la
iglesia cristiana. Las personas más jóvenes no tienen idea de lo mucho que la
cultura de la iglesia se ha semejado al mundo carnal.
Exponer el error nunca es algo
divisivo, al igual que tampoco lo es disciplinar el pecado o permanecer
separado de las influencias profundamente perjudiciales.
El Medium es el mensaje
En la actualidad hay algunos
predicadores que poseen habilidades finas de presentación y personalidades
agradables. Ellos dicen que quieren ver almas salvadas, pero que erróneamente
han adjuntado al Evangelio la amenaza del rock, del rap y de otros métodos
manchados de pecado. Es un grave error decir que sólo nos debe interesar si
ellos dicen creer en el Evangelio y tener el deseo de ganar almas: ¡No! Eso no
es todo lo que nos debe preocupar.
La frase acuñada en 1964 por el
filósofo Marshall McLuhan es verdadera: “el médium es el mensaje”. Él quiso
decir que la manera de comunicación influencia profundamente y moldea la
percepción del oyente del mensaje. El predicador habla de la santidad de Dios y
el pecado del hombre, de la muerte expiatoria de Cristo, y del arrepentimiento
y la fe, pero el pecador que escucha tal predicación observa la cultura a su
alrededor, los artistas con ropas ligeras, y el estilo de música tomado de
personas mundanas quienes la diseñaron para proclamar la inmoralidad y el
desenfreno.
Consecuentemente él percibe el mensaje
predicado de la siguiente manera: “tú puedes continuar disfrutando de los
aspectos pecaminosos del mundo, y sin embargo Cristo te llevará al cielo”. Esta
es la manera como se transa con el Evangelio, esta es la manera como el
Evangelio es distorsionado. (De hecho, el grado de manipulación empleado -por
los estilos musicales modernos- para conseguir una respuesta al Evangelio es
mucho más distorsionado que aquel sistema de invitación al altar –practicado
por Billy Graham- con el cual el Dr. Lloyd-Jones rechazó trabajar)
Textos que advierten del daño al
Evangelio
El serio daño al Evangelio hace
necesario que nosotros nos “mantengamos separados” de este tipo de evangélicos
mundanos y perjudiciales, no importa cuán grande sea el atractivo humano de sus
predicadores que han cedido el Evangelio a la cultura.
Con referencia a su propio ministerio y
a los ministerios de sus colaboradores, Pablo habla de “No damos a nadie
ninguna ocasión de tropiezo, para que nuestro ministerio no sea vituperado” (2
Corintios 6:3). En otras palabras, no ponemos ningún obstáculo en el camino de
nadie, para que nadie se escandalice de nosotros. Nada que desacredite,
distorsione, niegue o deshonre el evangelio debe ser permitido.
El pasaje continúa mostrando cómo los
obreros del evangelio son aprobados y autenticados por virtudes tales como
paciencia y pureza, y por la Palabra de Verdad y el poder de Dios. La adopción
de la mundanalidad es bíblicamente condenada, no defendida.
El Señor Jesucristo no enseñó que el
evangelio podía ser predicado de manera mundana, mucho menos con el uso de
palabras sucias e insinuaciones sexuales. Por el contrario, dijo, "Así
alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas
obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos." (Mateo
5:16).
Pablo dijo que él sufriría cualquier
cosa antes de “poner ningún obstáculo al evangelio de Cristo” (1 Corintios
9:12) Nosotros debemos ser “irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin
mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual
resplandecéis como luminares en el mundo; asidos de la palabra de vida
(Filipenses 2:15-16)
La imitación deliberada y la adopción
de la música y la manera de vestir asociada con el pecado y la impiedad
constituye una falsificación alarmante del evangelio y nosotros no debemos
cooperar con ello.
Pablo da repetidas exhortaciones a la
santidad: “que el nombre de Dios y Su doctrina no sean blasfemados” (1 Timoteo
6:1) Tito es llamado a vivir una vida santa “presentándose como ejemplo de
buenas obras” con “palabra sana e irreprochable” (Tito 2:1-11). El evangelio es
autenticado por las buenas obras (1 Pedro 2:12) no por una conformidad al
estilo de vida del mundo pecador. No importa cuán sólidamente el evangelio sea
proclamado, o cuan ferviente sea el predicador, el “médium” puede distorsionar
el mensaje, haciendo del mensaje una licencia para el pecado, y no una
liberación del mismo.
Vemos el error en los resultados
obtenidos por muchos que emplean los nuevos métodos que se conforman al mundo.
Cualquier persona puede ver los clips de Internet de las principales
conferencias de los jóvenes donde muchos de ellos están inmoralmente vestidos
en medios de sus sesiones de alabanza con “rock cristiano”. Se comportan del
mismo modo que el mundo lo hace. El Evangelio que se les predican no consigue
sacarlos del mundo.
También escuchamos de las caídas
colosales de los números en las iglesias que entran en estas prácticas. Se nos
dice de manera fiable que de centenares de estudiantes en estas congregaciones,
casi ninguno continúa caminando con el Señor después de su graduación. Estamos
informados, por parte de obreros preocupados de una muy conocida mega-iglesia
que usa métodos contemporáneos, de cuán pocas son las personas salvas allí que
viven sus vidas en santidad y servicio a Cristo.
Separación de la estrategia de Satanás
Cuando Satanás inspiró “Evangélicos y
Católicos Juntos” a finales de los 1900 en los Estados Unidos, un gran número
de iglesias evangélicas rechazaron las propuestas. Satanás descubrió que tratar
de unir a los creyentes de la Biblia con los católicos sobre una base doctrinal
era un paso demasiado lejos y demasiado rápido.
Su siguiente campaña contra iglesias
parece haber sido la promoción acelerada de adoración contemporánea y estilos
de vida mundanos, primero de una manera moderada, pero cada vez más duro y más
rápido a medida que pasaba el tiempo. Tal vez Satanás vio que una vez que los
católicos y los evangélicos adoren de la misma manera, entonces ellos ya no
verían ninguna diferencia entre ellos. ¿Quién sabe dónde terminarán estas
cuestiones? ¿Quién sabe qué daño ya se ha causado?
Si tan sólo pudiéramos escuchar las
instrucciones de Dios, en su protectora y preservadora bondad, para mantenernos
separados de las prácticas mundanas y dañinas. La separación secundaria
significa separase aun de creyentes de la Biblia cuando ellos hacen cosas que
mutilan y dañan al evangelio y a las iglesias.
Como ya hemos mencionado, debemos
separarnos con discreción. Si un ministro o una iglesia están empleando
material contemporáneo solamente en un pequeño grado, deberíamos apelar y
persuadir en lugar de romper la comunión.
Sin embargo, si el estruendo de los
tambores refleja la plena manifestación de la mundanalidad, no podremos
trabajar juntos. Santiago 4:4 es relevante en esta situación: “Cualquiera,
pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios” 2
Tesalonicenses 3:14-15 debe ser honrado – “Si alguno no obedece a lo que
decimos por medio de esta carta, a ése señaladlo, y no os juntéis con él, para
que se avergüence. Mas no lo tengáis por enemigo, sino amonestadle como a
hermano” Ciertamente amonestamos al obrero que ha errado como a un hermano,
pero las palabras claves permanecen – “no os juntéis con él”
La advertencia solemne de Pablo en 1
Corintios 3:17 que ninguno debe dañar a las iglesias, deben advertirnos a todos
nosotros: “Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él;
porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es”
Me veo en la necesidad de decirles a
los pastores, ancianos y diáconos que tenemos una elección. O mostramos bondad
sin reservas, protección y solidaridad para con el ofensor, o lo hacemos con el
Evangelio y con nuestras congregaciones. Endorsamos una cosa o la otra. ¿Cuál
es la opción que elegiremos? Ningún pastor u oficial de la iglesia puede ser
verdaderamente leal a la Palabra de Dios y actuar como protector de Su rebaño,
mientras ignora la práctica de la separación bíblica secundaria, aplicada con
suma discreción y siendo sensibles en gracia y piedad.
[Vea al final del artículo los textos
de la doctrina de la separación bíblica]
¿Existe el deber de una unidad
inter-iglesias?
Algunos pastores dudan acerca de la
separación secundaria porque han sido persuadidos y presionados de que tienen
una obligación bíblica de lograr una unidad evangélica entre las iglesias.
Ellos han entendido la oración de Cristo, "que todos sean uno", como
si esta se refiriese al deseo de una asociación terrenal formal. Pero en el
Nuevo Testamento el Señor no requiere una unidad terrenal humanamente
organizada. No hay ninguna señal de tal cosa en el patrón de la iglesia del
Nuevo Testamento.
La unidad por la que Cristo oró fue un
fenómeno espiritual, y Su oración fue totalmente respondida desde el momento en
que fue hecha. Cristo oró para que Su pueblo estuviese unido en Él mismo,
siendo Él el eje de la rueda, y Su pueblo los radios, quienes a pesar de que
nunca se conocerían, estuvieran unidos en la semejanza a Cristo, en doctrinas
fundamentales, en su manera de pensar, en su anhelo por la santidad, en el
servicio por su Señor y en la esperanza por Su regreso.
Él oró para que su propio pueblo
comprado con Su sangre, aunque desconocidos entre sí y alejados los unos de los
otros (algunos en las alejadas y pobres aldeas del Himalaya, otros en la hostil
Corea del Norte, o en Somalia, o en el mundo libre) compartieran una
dependencia común en Él, y tuvieran el mismo testimonio para el mundo.
Expresamos esta unidad espiritual,
siempre que podamos, de muchas formas: Si surge la oportunidad, estamos
encantados de conocernos, o enviando socorro a los necesitados, ya sean
calvinistas o arminianos, bautistas o presbiterianos. La unidad no es una
cuestión de pertenencia a una sociedad terrenal, la única unidad de este tipo
en el Nuevo Testamento es en la congregación local o particular.
Spurgeon dijo una vez que cada
congregación es como un barco del evangelio que es libre de navegar junto con
otros barcos de ideas afines y libres de proporcionar asistencia necesaria,
pero que su fin no era necesariamente que estuviesen unidos con cuerdas
adornando los océanos.
Nosotros no tenemos ninguna instrucción
bíblica para formar una organización terrenal. Cada vez que se han intentado
este tipo de cosas, han hecho el bien durante un tiempo, pero luego se han
corrompido, y se han convertido en un medio para infectar a otras iglesias con
todo tipo de error. Esta ha sido la historia de las denominaciones históricas a
lo largo de su recorrido.
Con el tiempo, la comunión entre
iglesias parece atraer hacia quienes las lideran, una fatal mezcla de personas
que buscan promover su propia agenda dentro de las iglesias. La genialidad
divina de la Biblia en realidad no exige este tipo de asociaciones, y en
consecuencia no hay ninguna obligación para las iglesias a buscar afiliarse a
ellos. La Palabra no los requiere, el evangelio no los necesita, y el amor, la
comunión y el servicio al prójimo puede expresarse mucho mejor sin ellos.
Textos para la separación bíblica
La obligatoria, insistente, e
imperativa naturaleza de los mandamientos presentados a continuación, nos dice
cuán equivocado sería rechazarlos, y porqué el principio de 2 Tesalonicenses
3:6 y 14 aplica para con quienes lo hagan:
2 Corintios 6:14-18; Gálatas 1:8-9; Efesios 5:11; Romanos 16:17: 2 Juan 6-11; 2 Tesalonicenses 3:6 y 14; Tito 3:10; 1 Timoteo 1:18-20; 5:22; 6:3-5; 2 Timoteo 2:16-21; 2 Timoteo 3:5; 2 Crónicas 19:2; Apocalipsis 18:4
Referencias para la separación de las
prácticas mundanas y dañinas:
Santiago 4:4; 1 Juan 2:15; Gálatas 1:4: Juan 17:13-16; Romanos 12:2; Efesios 5:8
El artículo original en idioma inglés
lo encuentra por medio del siguiente link:
http://www.metropolitantabernacle.org/Christian-Article/Secondary-Separation-When-to-Stand-Apart/Sword-and-Trowel-Magazine
Otro artículo en idioma inglés que
compara la separación secundaria que practicaba el pastor Martyn Lloyd-Jones
con las posiciones diferentes de la conducta del Dr. John Piper y el Dr. Albert
Mohler:
http://indefenseofthegospel.blogspot.com/2013/11/secondary-separation
Iglesia Bautista Reformada Gracia
Soberana en Lima, Perú
Soli
Deo Gloria