Un Método Usado Por El Diablo Para Hacer Que Los Creyentes Caigan En El Pecado Thomas Brooks
[…] Satanás les dice que es fácil
arrepentirse, tan sencillo como confesarlo al sacerdote. Todo lo que tienes que
decir es, “Señor ten misericordia de mí” y Él te perdonará. Susurrará a tu oído
que el arrepentimiento es fácil.
Esta mentira del diablo es muy
peligrosa. Es una mentira que ha sido usada para engañar a muchos y ponerlos
bajo el control y dominio del pecado. El arrepentimiento no es fácil; está más
allá de las fuerzas humanas. Para arrepentirse uno necesita el mismo poder que
levantó a Cristo de los muertos, es decir, se necesita el poder de Dios.
El apóstol Pablo escribió a Timoteo
que los siervos de Dios debían enseñar la verdad, con la esperanza que Dios
concediera a los oyentes el arrepentimiento. (2 Tim. 2:25) El arrepentimiento
no es fácil; el arrepentimiento es el don de Dios. El profeta Jeremías
preguntó: “¿Mudará el etíope su piel, y el leopardo sus manchas? Así
también, ¿Podréis vosotros hacer bien, estando habituados a hacer el mal?”
(Jer. 13:23) Las personas no pueden cambiarse a sí mismos; hace falta el poder
de Dios para que puedan cambiar. El hecho simple de decir, “Señor ten
misericordia de mí,” no es el arrepentimiento verdadero. Los que usan este
lenguaje sin un cambio genuino en sus vidas, se están engañando. Muchos están
ahora en el infierno porque se equivocaron en cuanto a la naturaleza del
arrepentimiento.
Hay tres elementos esenciales en el
arrepentimiento. El primer elemento es un cambio sustancial; es dar la espalda
al pecado y volverse hacia Dios. El arrepentimiento es dejar las tinieblas y
volver a la luz. Isaías dijo: “Deje el impío su camino, y el hombre
inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Dios.” (Is. 55:7) El arrepentimiento
significa dar la espalda a todo pecado, aún el pecado que uno amaba más.
Significa también un cambio de actitud hacia Dios y hacia todo lo que Él manda.
Cuando una persona se arrepiente verdaderamente, sabe que no existe nada en
ella misma que agrade a Dios, y todo lo que tiene es su pecado. Esto le hace
volverse a Dios suplicándole ayuda y perdón. El arrepentimiento no es fácil.
Siempre es difícil y ocasiona dolor y vergüenza.1
El segundo elemento en el
arrepentimiento verdadero es un cambio completo de vida. El arrepentimiento
significa un cambio en la vida interior, en lo que uno piensa y en lo que uno
desea. El arrepentimiento significa un cambio tan fuerte en la vida que otros
pueden verlo, un cambio en su manera de vivir, en sus hábitos, en su
perspectiva. Isaías 1:16 dice, “Lavaos y limpiaos; quitad la iniquidad de
vuestras obras delante de mis ojos; dejad de haced lo malo; aprended a haced el
bien.” Esto significa un cambio exterior e interior, un cambio completo de
vida.2
El tercer elemento del
arrepentimiento es su continuidad a lo largo de toda la vida del creyente.
Arrepentirse significa siempre esforzarse para guardar la ley de Dios en forma
más completa. Significa acercarse cada vez más a Dios aunque al mismo tiempo,
sabemos que no podemos dejar de considerarnos pecadores. La vida cristiana
consiste de un proceso continuo de mortificación del pecado. El apóstol Pablo,
quien fue usado grandemente por Dios, dijo, “¡Miserable hombre de mí! ¿Quién
me librará de este cuerpo de muerte?” (Ro. 7:24)
El arrepentimiento no es propio de
la naturaleza humana; se necesita tanto del poder de Dios para arrepentirse,
como para no pecar. “Venid y volvamos a Jehová porque Él nos arrebató y nos
curará; hirió y nos vendará. Nos dará vida después de dos días; en el tercer
día nos resucitará y viviremos delante de El.” (Os. 6:1–2) Fíjense que Dios es el que hace todas estas cosas a
favor de su pueblo. Él les sana. Él venda sus heridas. Les vivifica y restaura.
El poder de Dios y el amor de Dios están actuando en el arrepentimiento. Sin la
misericordia y el amor de Dios actuando en uno, no puede haber arrepentimiento
verdadero.
Es común que satanás le dice a uno
que el arrepentimiento es fácil. Pero después de que se ha caído en el pecado
su mensaje cambiará; ahora dirá que el arrepentimiento es imposible. Una vez
que la persona se ha acostumbrado al pecado, el diablo dirá que el
arrepentimiento es la cosa más difícil que uno puede hacer. Le dirá que resulta
difícil dar la espalda a los pecados que ya forman parte de su vida misma. Dirá
que no puede haber posibilidad del arrepentimiento, porque ha abusado de la
misericordia de Dios y no ha hecho caso de las advertencias divinas. Satanás le
hablará de cuantas veces ha caído y que tan malos han sido sus pecados. Le dirá,
“Ahora es imposible arrepentirse.”
Los creyentes verdaderos buscarán el
arrepentimiento mientras haya tiempo, ¡hoy! El arrepentimiento nunca es fácil
pero con la ayuda y con la misericordia de Dios, uno puede dar la espalda al
pecado y volverse hacia Dios.
[…] Satanás les dice que es fácil arrepentirse, tan sencillo como confesarlo al sacerdote. Todo lo que tienes que decir es, “Señor ten misericordia de mí” y Él te perdonará. Susurrará a tu oído que el arrepentimiento es fácil.
BROOKS, T. (2001). REMEDIOS PRECIOSOS: CONTRA LAS ARTIMAÑAS DEL DIABLO.
(O. I. NEGRETE; T. R. MONTGOMERY, TRADS.) (PP. 17–19). GRAHAM, NC:
PUBLICACIONES FARO DE GRACIA.
Soli Deo Gloria