El
Alcoholismo, la Embriaguez o la Borrachera
La
embriaguez hace que la persona pierda el sentido de la decencia y trae
maldiciones sobre la familia.
Génesis
9:20. Después comenzó Noé a labrar la tierra, y plantó una viña; y bebió del vino, y se embriagó, y estaba descubierto en
medio de su tienda.
Y Cam,
padre de Canaán, vio la desnudez de su padre, y lo dijo a sus dos hermanos que
estaban afuera.
Entonces
Sem y Jafet tomaron la ropa, y la pusieron sobre sus propios hombros, y andando
hacia atrás, cubrieron la desnudez de su padre, teniendo vueltos sus rostros, y
así no vieron la desnudez de su padre.
Y
despertó Noé de su embriaguez, y supo lo que le había hecho su hijo más joven, y dijo: Maldito sea Canaán; Siervo de siervos será a sus
hermanos. Beber alcohol nubla la razón y el discernimiento espiritual, lo
cual causa que la ira de Dios descienda.
Levítico
10:8. Y Jehová habló a Aarón, diciendo: Tú, y tus hijos contigo, no beberéis vino ni sidra cuando
entréis en el tabernáculo de reunión, para que no muráis; estatuto perpetuo
será para vuestras generaciones, para poder discernir entre lo santo y lo
profano, y entre lo inmundo y lo limpio, y para enseñar a los hijos de
Israel todos los estatutos que Jehová les ha dicho por medio de Moisés. Beber
vino o alcohol no es apropiado para los que se dedican o consagran al Señor.
Números
6:2. Habla a los hijos de Israel y diles: El hombre o la mujer
que se apartare haciendo voto de nazareo, para dedicarse a Jehová, se abstendrá de vino y de sidra; no beberá vinagre de vino,
ni vinagre de sidra, ni beberá ningún licor de uvas,
Todo el
tiempo de su nazareato, será santo para Jehová. Una mujer que bebe alcohol era considerada impía.
1
Samuel 1:12. Mientras ella oraba largamente delante de Jehová, Elí estaba
observando la boca de ella. Pero
Ana hablaba en su corazón, y solamente se movían sus labios, y su voz no se
oía; y Elí la tuvo por ebria.
Entonces
le dijo Elí: ¿Hasta cuándo estarás ebria? Digiere tu vino. Y Ana le respondió diciendo: No, señor mío; yo soy una mujer
atribulada de espíritu; no he bebido vino ni sidra, sino que he derramado mi
alma delante de Jehová.
No
tengas a tu sierva por una mujer impía; Consumir vino o alcohol hace que se cometan graves pecados como la
burla destructora o el descontrol emocional que lleva a causar alborotos.
Proverbios
20:1. El vino es escarnecedor, la sidra alborotadora, Y cualquiera que
por ellos yerra no es sabio.
El vino
o el alcohol hacen olvidar la ley de los hombres y la Ley de Dios, con la
consecuencia funesta de conducir al pecado, tragedias, cárcel, multas, entre
otros. El vino o el alcohol nos hace actuar malvadamente contra los demás,
especialmente contra los más débiles o necesitados.
Proverbios
31:4. No es de los reyes, oh Lemuel, no es de los reyes beber vino, Ni de los príncipes la sidra; No sea que bebiendo
olviden la ley, Y perviertan el derecho de todos los afligidos. El vino o
el alcohol son para las personas amargadas y miserables.
Proverbios
31:6. Dad la sidra al desfallecido, Y el vino a los de amargado ánimo. Beban, y olvídense de su necesidad, Y de su miseria no se
acuerden más.
El vino
o el alcohol esclavizan a las personas poco a poco, de tal manera que no les
importa la hora o el tiempo, estorbando la adoración a Dios y el trabajo de sus
manos.
Isaías
5:11. ¡Ay de los que se levantan de mañana para seguir la embriaguez;
que se están hasta la noche, hasta que el vino los enciende! Y en sus banquetes hay arpas, vihuelas, tamboriles, flautas
y vino, y no miran la obra de Jehová, ni consideran la obra de sus manos.
Por
tanto, mi pueblo fue llevado cautivo, El
vino o alcohol distorsionan la verdadera masculinidad y la fuerza para
trabajar; les conduce a destruir su propia fuerza y salud por la
mezcla de bebidas; y así provocan la ira de Dios. Dios lanza lamentos y juicios
para los que se entregan a las bebidas.
Isaías
5:22. ¡Ay de los que son valientes para beber vino, y hombres
fuertes para mezclar bebida; los
que justifican al impío mediante cohecho, y al justo quitan su derecho!
Por
tanto, como la lengua del fuego consume el rastrojo, y la llama devora la paja,
así será su raíz como podredumbre, y su flor se desvanecerá como polvo; porque
desecharon la ley de Jehová de los ejércitos, y abominaron la palabra del Santo
de Israel.
El vino
o al alcohol entontecen al que los ingiere, hacen errar o pecar, trastorna el
sano juicio, aturden la mente, hace tropezar; y conduce a que el hombre se
deleite en las cosas más asquerosas, como el vómito.
Isaías
28:7. Pero también éstos erraron con el vino, y con sidra se
entontecieron; el sacerdote y el profeta erraron con sidra, fueron trastornados
por el vino; se aturdieron con la sidra, erraron en la visión, tropezaron en el
juicio.
Porque
toda mesa está llena de vómito y suciedad, hasta no haber lugar limpio. Beber vino o alcohol es característico de los falsos
profetas, de los falsos creyentes, de aquellos que se engañan a sí mismo,
pensando tontamente que los efectos dopantes del vino hacen olvidar las penas y
traerá mejores días.
Isaías
56:11. Y esos perros comilones son insaciables; y los pastores
mismos no saben entender; todos ellos siguen sus propios caminos, cada uno
busca su propio provecho, cada uno por su lado.
Venid,
dicen, tomemos vino, embriaguémonos de sidra; y será el día de mañana como
este, o mucho más excelente.
Beber
vino o alcohol es lo opuesto de estar llenos del Espíritu Santo.
Lucas
1:15. porque será grande delante de Dios. No beberá vino ni sidra,
y será lleno del Espíritu Santo, aun desde el vientre de su madre.
Efesios
5:18. No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes
bien sed llenos del Espíritu,
Más
lamentos y juicios sobre los que se entregan al vino o alcohol. Para ellos son
muchos dolores, heridas innecesarias, aflicciones, turbaciones, enfermedades.
Proverbios
23:29. ¿Para quién será el ay? ¿Para quién el dolor? ¿Para quién las
rencillas?
¿Para
quién las quejas? ¿Para quién las heridas en balde?
¿Para
quién lo amoratado de los ojos?
Para
los que se detienen mucho en el vino,
Para
los que van buscando la mistura.
El vino
y el alcohol atraen con su color y aroma, al principio parece ser inofensivo,
pero luego su daño es tan grande que Dios lo compara con los efectos nocivos
del veneno de una serpiente mortal.
Proverbios
23:31. No mires al vino cuando rojea, Cuando resplandece su color
en la copa. Se entra suavemente; Mas
al fin como serpiente morderá, Y como áspid dará dolor.
El vino
y el alcohol nubla la mente, hace que las personas pierdan el sentido de la
realidad; y lleva a la persona a hablar cosas sucias y malas que ni siquiera
quiere hablar en sano juicio.
Proverbios
23:33. Tus ojos mirarán cosas extrañas, Y tu corazón hablará
perversidades.
El vino
y el alcohol tienen un poder esclavizante tal que, aunque produzca dolores,
destruya la razón, dañe las familias y cause aflicción; una vez se ha digerido,
volverá a atrapar en sus mortales trampas
Proverbios
23:34. Serás como el que yace en medio del mar, O como el que está en la
punta de un mastelero.
Y
dirás: Me hirieron, mas no me dolió; Me azotaron, mas no lo sentí; Cuando
despertare, aún lo volveré a buscar.
Tomar
una copa de vino puede ser algo lícito, pero no necesariamente conveniente.
Especialmente cuando vivimos en Latinoamérica, una cultura donde las personas
toman vino o alcohol con el fin de emborracharse. Tomar, aunque sea una cerveza
o una copa de vino, puede ser causa de tropiezo para muchos que nos observan, e
incluso para uno mismo, si hemos tenido problemas con el alcohol previamente.
1
Corintios 6:12. Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas las
cosas me son lícitas, mas yo no me dejaré dominar de ninguna.
Las
viandas para el vientre, y el vientre para las viandas; pero tanto al uno como
a las otras destruirá Dios.
El ser
humano no debe ser dominado por nada, mucho menos por el alcohol. Para evitar
ser dominado por este vicio es mejor dejarlo por completo, pues, el vino tiene
un potencial subyugador. No hay nada más lamentable que haber sido impactado
por el evangelio, abandonar los vicios de la carne, y nuevamente caer en ellos.
Esto conduce a un estado de peor maldad.
2 Pedro
2:19. Les prometen libertad, y son ellos mismos esclavos de
corrupción. Porque el que es vencido por alguno es hecho esclavo del que lo
venció. Ciertamente, si habiéndose ellos
escapado de las contaminaciones del mundo, por el conocimiento del Señor y
Salvador Jesucristo, enredándose otra vez en ellas son vencidos, su postrer
estado viene a ser peor que el primero.
Porque
mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia, que después
de haberlo conocido, volverse atrás del santo mandamiento que les fue dado.
Pero
les ha acontecido lo del verdadero proverbio: El perro vuelve a su vómito, y la
puerca lavada a revolcarse en el cieno.
Si bien
es cierto que en la Biblia no hay un mandato o Ley que prohíba expresamente el
tomar vino o alcohol (si prohíbe las borracheras), es mejor andar conforme a
los principios más elevados de la Palabra de Dios, conforme al Espíritu de
Dios, buscando la máxima honra para Dios y evitando hacer daño a los más
débiles o pequeños; pues, si hacemos esto, recibiremos grandes y terribles juicios
de parte del Señor.
1
Corintios 8:9. Pero mirad que esta libertad vuestra no venga a ser
tropezadero para los débiles. Porque
si alguno te ve a ti, que tienes conocimiento, sentado a la mesa en un lugar de
ídolos (o bebiendo vino o alcohol), la conciencia de aquel que es débil, ¿no
será estimulada a comer de lo sacrificado a los ídolos? (¿No será estimulado a
beber vino hasta embriagarse?)
Y por
el conocimiento tuyo, se perderá el hermano débil por quien Cristo murió.
De esta
manera, pues, pecando contra los hermanos e hiriendo su débil conciencia,
contra Cristo pecáis.
Por lo
cual, si la comida (o el alcohol) le es a mi hermano ocasión de caer, no comeré
carne jamás (no beberé vino jamás), para no poner tropiezo a mi hermano.
Marcos 9:42. Cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor le fuera si se le atase una piedra de molino al cuello, y se le arrojase en el mar.
Marcos 9:42. Cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor le fuera si se le atase una piedra de molino al cuello, y se le arrojase en el mar.
Soli Deo Gloria