Habiendo introducido las ordenanzas (o
sacramentos) de la Iglesia en el capítulo 28, la Confesión Bautista de 1689
trata ahora específicamente el tema del bautismo, respondiendo tres importantes
preguntas acerca del mismo. ¿Qué significa el bautismo? ¿Quién debe ser
bautizado? ¿Cómo debe realizarse el bautismo?
Hace unos días un amado hermano
presbiteriano hacía una serie de preguntas en Facebook acerca de la manera en
la que deberíamos ver a los hijos de los creyentes. Él decía, “Así también que
un niño no profese fe en Cristo, no significa que sea
incrédulo…definitivamente, si cada niño que nace fuese catalogado como
“incrédulo” solo por no profesar fe, entonces ninguno se salvaría ya que “el
que no cree, no verá la vida eterna.”
La suposición del hermano es que los
hijos de creyentes deben ser vistos como creyentes. Él dice, “Y si son,” esto
es, si son creyentes, “¿por qué negarles el bautismo? Y si no son, ¿por
qué creer que si mueren en su infancia, serán salvos?”
Lo que afirma el pedobautismo clásico
es que el hecho de que un infante sea hijo de creyentes esto lo hace parte del
Nuevo Pacto y por lo tanto se le debe aplicar la ordenanza del bautismo. Sin
embargo, lo que este hermano afirma es que no sólo deben ser bautizados, sino
que los hijos de creyentes, sean infantes o niños mayores, deben ser vistos
como creyentes. Ciertamente han habido pedobautistas que han llegado a tal
conclusión. Hombres como Andrew Sandlin han escrito en contra de la idea de que
los hijos de creyentes necesiten ser evangelizados. En uno de sus libros,
“Reformed Paedobaptism” dijo lo siguiente,
Podemos bautizar infantes de padres
creyentes, de hecho porque existen las razones para creer que los hijos de los
padres del pacto son elegidos…De modo que como el nuevo pacto es inherentemente
redentivo, y a que el bautismo es un signo y sello de los beneficios de la
regeneración, tenemos toda razón para asumir que los infantes de padres
cristianos son regenerados y los bautizamos por tal razón.” Páginas 6 y 7
Sin embargo, esta no ha sido la
posición de la mayoría de pedobautistas. Richard Platt, por ejemplo,hablando del Nuevo Pacto en Jeremías 31 afirmó,
Cómo entonces podemos bautizar personas
en un ambiente pactual externo aparte de la regeneración?…De hecho, el bautismo
de infantes introduce personas no regeneradas, incrédulas dentro de la
comunidad del Nuevo Pacto.“
Entonces, debemos considerar a los hijos
de creyentes como regenerados (creyentes) como dice Sandlin y aparentemente
este amado hermano, o como incrédulos, como afirma Pratt y la gran mayoría de
presbiterianos?
Pero, no es mi intención contender ni
debatir este tema por este medio, sino compartir lo que Hercules
Collins, uno de los pastores Bautistas Particulares del siglo XVII más
famosos, escribió cuando “bautizó” uno de los tratados más importantes de la
Reforma Protestante: El Catecismo de Heidelberg. Collins lo adaptó, según las
convicciones Bautistas Particulares de la época, y que reflejaban las
convicciones de la Confesión Bautista de Londres de 1689, con el fin de
regalarle a su iglesia “este pequeño (pero me atrevo a decir) sano tratado
de divinidad.” Collins, le escribió en el prefacio de este Catecismo Ortodoxo a su iglesia diciéndoles,
Ahora para que ustedes no sean perturbados,
destrozados, ni llevados con cada viento de error, y herejía; también para que
sean mejormente establecidos, fortalecidos en la segura roca y fundación de la
constitución de la iglesia, sobre la cual ya habéis sido edificados, mediante
la gracia de Dios que les movió para buscar el oráculo divino, y la regla del
servicio Divino, como Esdras y Nehemías, buscaron en cuanto a las partes
particulares de la adoración a Dios, por medio de los cuales llegaron a la
práctica de aquella casi perdida ordenanza de Dios, la Fiesta de los
Tabernáculos, la cual por muchos años no había sido practicada…yo he
presentado, este pequeño tratado, con una benévola consideración por sus almas”
Página 2
Y en su adaptación del Catecismo brindó
una clara doctrina del bautismo creída y confesada por todas las Iglesias
Bautistas Particulares y una clara enseñanza de la manera en la que debemos ver
a los hijos de creyentes. En el capítulo 7, Del Bautismo, enseñó,
(P)regunta. 69. Quiénes son los sujetos
apropiados de esta ordenanza?
(R)espuesta. Aquellos que
verdaderamente profesen arrepentimiento hacia Dios, y fe y obediencia a nuestro
Señor Jesucristo.
70. Deben ser bautizados los infantes?
71. No
de ninguna manera, pues nosotros no tenemos ningún precepto ni ejemplo para la
práctica en todo el libro de Dios.
72. Es
que las Escrituras prohiben expresamente en algún lugar el bautismo de
infantes?
R. Es suficiente que el oráculo divino
ordene el bautismo de creyentes, a menos que nos hagamos a nosotros mismos más
sabios que los que está escrito. A Nadab y Abiú no se les prohibió ofrecer
fuego extraño, sin embargo por hacerlo incurrieron en la ira de Dios, porque se
les había ordenado tomar fuego del altar.
73. Puede
ser la simiente infante de los creyentes bajo el evangelio bautizada justo como
la simiente infante de Abraham fue circuncidada bajo la ley?
74. No,
Abraham, entonces, tenía un mandamiento de Dios para circuncidar a su simiente
infante, pero los creyentes no tienen un mandamiento para bautizar su simiente
infante bajo el evangelio.
75. Debido a
que algunos afirman que los infantes de creyentes están en el pacto de gracia
con sus padres, porque no deben ser ellos bautizados bajo el evangelio, justo
como la simiente infante de Abraham fue circuncidada bajo la ley?
76. Al
aseverar que los infantes de creyentes están en el pacto de gracia, ellos deben
estar hablando del pacto de gracia absolutamente considerado, y de ser así,
entonces no habrá una total ni fatal apostasía del pacto de ninguna de las
simientes infantes de los creyentes, sino que todos deben ser salvos.
O, ellos deben estar hablando
condicionalmente, que cuando ellos lleguen a sus años de madurez, ellos por fe
verdadera, amor, y santidad de vida, asiéndose del pacto de gracia de Dios,
tendrán los privilegios de él. Si esto es lo que quieren decir, entonces que
privilegio espiritual tiene ser simiente infante de creyentes más que la
simiente infante de los incrédulos, si ellos también viven a años de madurez, y
por fe verdadera y amor se aferran al pacto de Dios?
Además, no pertenecería el sello del
pacto tanto a los hijos de incrédulos como a los hijos de creyentes? Sí, debido
a que algunas veces la simiente infante del incrédulo llega a abrazar el pacto
de Dios, y la simiente infante del creyente no; tan frecuente es visto esto
para la tristeza de muchos padres piadosos. Supongan que toda la simiente
infantil de los creyentes están absolutamente en el pacto de gracia, sin
embargo los creyentes bajo el evangelio no deberían bautizar a su simiente
infantil más que Lot debió circuncidarse a sí mismo o a su simiente infantil.
Si él tuviera hijos así como hijas, a pesar de estar relacionado con Abraham,
un creyente, y en el pacto de gracia, ya que la circuncisión fue limitada a
Abraham y su familia inmediata. Si la simiente infantil de creyentes están
absolutamente en el pacto de gracia, deberíamos traer a los infantes a la Mesa
del Señor debido a que las mismas calificaciones se requieren para la debida
realización del bautismo así como para la Cena del Señor.
El pacto hecho con Abraham constaba de
dos partes: Primero, un componente espiritual, el cual estaba considerado en
las promesas de Dios de ser Dios para Abraham y para toda su simiente
espiritual en una manera peculiar, ya fueran circuncidados o incircuncisos,
quienes creyeran como Abraham el padre de los fieles creyó. Y esto fue mostrado
en la aceptación de Dios de tales personas como Su pueblo que no eran simiente
de Abraham, pero que fueron comprados con su dinero, y esta promesa fue sellada
a Abraham por la circuncisión, que por medio de Jesucristo (a quien tipificó
Isaac) los Gentiles, la incircuncisión que creyó, les fuera contada su fe por
justicia, como lo fue Abraham antes de ser circuncidado.
Segundo, la promesa consistía de un
componente temporal. Así, Dios le prometió que la simiente de Abraham gozaría
de la tierra de Canaan, y obtener muchas bendiciones externas, así que selló
esta promesa con la circuncisión. La circuncisión también distinguía a los
Judíos como el pueblo de Dios del resto de las naciones Gentiles, que no eran
hasta ese momento la simiente de Abraham. Pero cuando los Gentiles llegan a
creer por medio de la fe se convierten en pueblo de Dios así como los Judíos,
entonces, la circuncisión, la marca que distinguía, cesó. La marca
característica de ser hijos de Dios ahora es la fe en Cristo y la circuncisión
del corazón.
Por lo tanto, cualquier pretensión que
haya para bautizar infantes de creyentes no sirve de nada, ya sean la simiente
de creyentes, ellos estando en el pacto, o la simiente infantil de Abraham, un
creyente, siendo circuncidado. La circuncisión fue limitada también a la
familia de Abraham, todas las demás, a pesar de ser creyentes, fueron
excluidas. La circuncisión fue limitada también al octavo día, y cualquier
pretensión que sea hecha, no debía realizarse ni antes ni después. Fue limitada
a los varones, quienes si el bautismo vino en lugar de la circuncisión y es el
sello del pacto bajo el evangelio, así como la circuncisión estaba bajo la ley,
ningún otra más que los varones deben ser bautizados. Justo como bajo la ley la
circuncisión tenía regulaciones particulares, así mismo es bajo el evangelio en
lo que concierne al bautismo. Estas regulaciones concernientes al bautismo
dependen puramente sobre la voluntad del Dador de la ley, quien determina sobre
quienes, cuando, y como debe ser administrado el bautismo.” Página 75-79
Pero, qué de los hijos de los
creyentes? Qué creemos, entonces, los Bautistas Reformados, de nuestros hijos?
Bueno, ciertamente ellos son personas privilegiadas en sobremanera. Están
siendo criados en hogares cristianos, escuchando constantemente el
evangelio de salvación, aprendiendo los Diez Mandamientos, memorizando la
Escritura, siendo llevados a la iglesia en donde pueden ser testigos de la obra
del Espíritu Santo en medio de Su pueblo, etc.
Pero, ellos sin fe están fuera de
Cristo, y por lo tanto, fuera del Nuevo Pacto y bajo la condenación del pacto
de obras por estar en Adán. Sin fe, los hijos de creyentes así como los hijos
de los incrédulos, necesitan a Cristo. Por ello, la responsabilidad de todo
padre cristiano, no es pensar que sus hijos tienen algún beneficio salvífico
por sangre o carne, sino que entendiendo que el ser hijo de Dios depende de
Dios mismo, como dice el evangelio según Juan 1:13, los padres cristianos
lucharán por:
1. Criarlos en la disciplina y
amonestación del Señor
2. Orar por ellos y por su salvación
3. Enseñarles a cantarle a Dios
4. Los catequizarán y enseñarán la
Biblia
5. Los llevarán fielmente a la iglesia
para exponerlos a la Palabra de Dios
6. Les rogarán que crean en el Señor y
se arrepientan de sus pecados
Pero, todo esto harán entendiendo que
la salvación le pertenece a Dios, y que Sus hijos nacen de arriba, no por
voluntad de sangre, ni por voluntad de varón, ni por voluntad de carne.
Sabiendo que esto ocurre no como con Ismael, por quien Abraham rogó a Dios Su
favor, sino como con Isaac, a quien Dios lo prometió. Orarán, entonces, a Dios
rogándole que si es Su voluntad, les salve y le conceda la fe que los una a
Cristo y, entonces, los incluya en el Nuevo Pacto.
Por eso hacemos y nos comprometemos con
nuestros hijos en esto. No debemos tratarlos como creyentes, ni debemos
quedarnos tranquilos porque están entendiendo la doctrina que les enseñamos.
Ellos están muertos en sus delitos y pecados, y son hijos de ira como todos los
demás. Hasta que no crean y se arrepientan no podemos estar tranquilos por sus
almas. Qué necesitan nuestros hijos? La gracia de Dios que viene en el
evangelio, el cual es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree, sean
niños o adultos.
Entonces, deben deben ser bautizados
los hijos de creyentes? Debemos verlos como creyentes o como estando dentro del
Nuevo Pacto? Bueno, esta fue la respuesta de Hercules Collins, un Bautista
Particular, y la de todos los que se adhieren a la Confesión Bautista de
Londres de 1689. Y debido a su consistencia con la Escrituras, es la razón por
la cual soy Bautista Reformado.
https://sujetosalaroca.org
Soli Deo Gloria